Ostoki, de pasadizo a estación de metro en Ansoáin

La ucraniana Alina Demianchuk –Alina Dalinina de nombre artístico– ha diseñado Estación Ostoki, un proyecto comunitario en Ansoáin que ha dado vida al pasadizo Ostoki con un mural colectivo. La iniciativa partió del grupo de Empleo Social Protegido, del que formaba parte la artista, y han contado con el acompañamiento técnico de la Mancomunidad de Servicios Sociales y el área municipal de mantenimiento.

El objetivo era renovar un espacio muy transitado y convertirlo en un entorno más amable, luminoso y seguro. “Queríamos darle sol”, resume Alina. El mural, que ocupa todas las pareces del pasadizo, lo pintó en noviembre el equipo de empleo social protegido, con Remi Mikele como coordinador durante las semanas en las que la climatología dificultaba otras tareas exteriores.

“No son simplemente paredes pintadas. Es la historia de cómo un pasillo frío y blanco se transforma en un lugar cálido, vibrante y lleno de vida. De cómo el arte puede calentar un espacio y ampliar los límites de la realidad. Porque ahora tenemos… ¡una estación de metro de verdad!, creada solo con imaginación y color”, explica la artista. “Hemos terminado el trabajo en un mural grandioso, el primero de este tipo en Ansoain”, añade orgullosa.

Efectivamente, el proyecto ideado por Alina ha recreado una estación imaginaria bajo el nombre de Ostoki. Con andenes, vagones y siluetas de personas en movimiento. Además del valor estético, la iniciativa persigue un impacto social positivo. El mural busca generar orgullo vecinal, dinamizar el diálogo en el barrio y reforzar la percepción de seguridad mediante un espacio más claro y cuidado. “Este mural se convirtió en algo mucho más que una imagen. Se transformó en un punto de encuentro, emociones, recuerdos y pequeños milagros que surgían cada día. Durante el proceso conocimos a decenas de personas que pasaban por este pasillo todos los días. Y fueron ellos quienes dieron alma y vida al mural”, recuerda Alina. 

Por ejemplo, el reloj pintado en una de las paredes “marca la hora elegida por uno de nuestros visitantes diarios, los jubilados que pasan por aquí camino al comedor exactamente a las 13.30 horas”. Esa hora, la hora de comer, se ha quedado anclada en el reloj de pared.

También añadieron nombres reales de perros “y el retrato de Roylinda, la perrita a la que conocimos el último día de su vida, permanecerá para siempre en la pared de nuestra estación. Sus dueños la llevaban al veterinario justo mientras pintábamos… y ahora ella forma parte de la historia del lugar. Un pequeño ángel que vive en nuestro mural”, argumenta Demianchuk, que dice que Carmen, dueña de la perrita, “está feliz” cada vez que pasa por el pasadizo y ve el retrato de su Roylinda. “Este proyecto unió a las personas, regaló nuevas emociones al pueblo y creó algo que permanecerá durante mucho tiempo”, considera la artista sobre “un mural muy vivo”.

También se muestra agradecida: “Agradecemos sinceramente al Ayuntamiento por su apoyo y confianza. Gracias a todos los habitantes de Ansoáin por las palabras de admiración de cada día, las sonrisas cálidas y la participación viva en nuestro proceso creativo. Y doy gracias a mi increíble equipo. Sin ustedes, este gran y significativo primer proyecto no habría sido posible”, expresa. Porque Alina, que huyó de la guerra en su país para instalarse en Ansoáin, es una artista reputada en Zhytomyr, su ciudad natal. Para ella, este proyecto supone “presentarme como artista en Ansoáin”. “Ojalá que esto sea solo el comienzo. Porque cuando el arte toca los corazones, nacen verdaderos milagros”.

El programa

Desde finales de mayo hasta finales de noviembre, el grupo de 7 personas que ha participado en el programa, bajo la dirección del coordinador de tajo, Remi Mikele, ha hecho diferentes trabajos en Ansoáin. Además de labores de adecuación de la piscina de verano antes de su apertura y mantenimiento durante el verano, han realizado limpieza de sumideros, del comedor y la cocina de la escuela (además de otras obras de mantenimiento en el centro) y de otras instalaciones. También se ocupan de montar escenarios para las diferentes festividades y eventos, o de algunos trabajos de jardinería, entre otras muchas actividades. Como inventarse una colorida estación de metro en Ansoáin.