barañáin - Puede que resulte fácil enseñar, con un ábaco, los secretos de las matemáticas. O inventarse un trivial con preguntas variadas para transmitir todo tipo de culturilla general. Porque la manera más fácil de aprender, dicen, es jugando. Pero hay juegos en los que ganan todos cuando se enseñan valores y aunque siempre es más complicado transmitir a los alumnos cuestiones como la diversidad cultural, los problemas derivados del cambio climático o la integración y la convivencia, en Barañáin llevan tiempo haciéndolo. Y es que aunque suenen a generalidades, vienen a evitar problemáticas más concretas como el racismo en las aulas, el bullying o las desigualdades a las que, día a día, tienen que hacer frente muchos alumnos y alumnas.

La de ayer en el IES Barañáin fue una jornada de aprendizaje intenso pero muy divertida. Bajo el lema Más allá de las fronteras, los alumnos de 4º de la ESO prepararon una serie de juegos que tuvieron que desempeñar un centenar de estudiantes de 5º de primaria de los centros asociados Eulza y Los Sauces con el objetivo de romper muros "como el de la indiferencia o la falta de cuidado del planeta, que precisamente no es nuestro punto fuerte -señalaron-, una de las principales causas de las migraciones en el mundo, con las que debemos tomar conciencia".

Entre una decena de carpas dispuestas en los aledaños del polideportivo, cada una con su reto particular, pudieron comprobar jugando cómo pueden afectarles cuestiones como la educación de calidad, la industria e innovación, las ciudades sostenibles, el trabajo decente, la acción por el clima o el consumo responsable, entre otras.

Aprendieron valores relacionados con la diversidad cultural como factor positivo, la convivencia y la integración, tal y como relataba el profesor Pablo Solano, promotor de la iniciativa. "Aquí hay mucha diversidad, es algo en lo que trabajamos desde hace cinco años, en colaboración con Alboan, con diferentes iniciativas. En el primer trimestre realizaron una exposición sobre esta cuestión, no tanto sobre el trato a las personas sino con las diferentes actitudes hacia la acogida", señalaba.

25 nacionalidades Cuentan en el centro con 25 nacionalidades diferentes "y entre un 30 y un 40% de los alumnos son inmigrantes", explicaba ayer mientras, silbato en mano, marcaba el tiempo de cada desafío. Aunque la cita como tal, a modo de fiesta, se celebró ayer por primera vez, se enmarca en diferentes acciones que ya se han venido haciendo y nace con visos de futuro.

"Los profesores también tenemos que concienciarnos de que hay que dedicar horas o romper un día de la rutina para dedicarlo a este tipo de cosas. También entre los propios chavales es importante que aprendan valores como la convivencia o el respeto", valoraba Solano. Lleva cinco años como profesor de Religión en el centro y ha trabajado con Alboan y otras ONG en los cursos de formación organizados por el Gobierno de Navarra en el marco de la Red de Escuelas Solidarias, "que también es la manera de las entidades benéficas de entrar a las escuelas, de formar en este tipo de educación con diferentes proyectos". Gracias a esta iniciativa han realizado diversas acciones, tal y como relataba ayer el director, Luis Andía, satisfecho con la celebración de la jornada.

Los profesores que acudieron a la cita agradecieron su celebración y los alumnos y alumnas se lo pasaron en grande saltando de contenedor a contenedor hinchable para colocar correctamente los residuos, en un juego de la oca en el que cada casilla era una injusticia, el juego de las sillas con banderas "porque todos pertenecemos a un mismo mundo" o improvisando un baile con igualdad de género. Pescaron con unas improvisadas cañas plástico para sacarlo del agua y vistieron diferentes figuras de manera equitativa. Después de los juegos, pintaron con las manos un mural en el que se leía "Jóvenes por un mundo más justo", entre todos, y la jornada terminó -como no podía ser menos- con una buena chocolatada. Ayer jugaron y ganaron todos y todas.