icen que es la gran desconocida porque durante algún tiempo eran pocos los que se acercaban a darse algún baño o a disfrutar de su entorno, que gozaba de cierta privacidad a pesar de estar a un paso de Pamplona. Estaba casi escondida, a la espera, quizás, de que llegaran estos días de calor y de que el confinamiento obligara a un buen puñado de vecinos a recorrerse todos los caminos en busca de nuevos y mejores lugares de respiro.

Puede que precisamente esos rincones menos frecuentados coticen al alza porque en ellos permanece ese encanto, aunque no han sido pocos los que ya se han acercado a la balsa de la Morea, en Beriáin, a darse un chapuzón. Y es que frente al gentío que se condensa en algunos ríos y embalses, en el pantano de Alloz y en otros puntos más transitados, aquí quizás reina un poco más de paz. Eso sí, como todo, lo que está claro es que va a durar poco.

Los agentes municipales de Beriáin confesaban ayer que esperaban más afluencia en una zona en la que, sobre todo en verano, muchos aprovechan para darse un chapuzón. "Ha venido gente, pero no es que haya tenido una afluencia enorme, casi esperábamos más. La disfrutan mucho padres y madres con hijos, alguna cuadrilla de jóvenes y también los deportistas, que son los primeros que han podido usarla", explicaban. "Seguro que dentro de dos o tres semanas esto se convierte en Benidorm", señalaron en broma.

Ayer por la mañana estaba más tranquila pero por la tarde se fue animando. Coinciden bañistas con pescadores, que "han tenido algún rifi-rafe", pero es un lugar en el que no ha habido grandes incidencias, dada su tranquilidad. "Tenemos constancia de alguna multa por parte de la Policía Foral por haberse reunido más de 15 personas, pero no hay problema. A nosotros nos preocupan más las basuras y los residuos que se generen. Es importante que la gente que venga cuide el entorno", explican desde la policía.

Se trata de una balsa privada de uso público que mantuvo durante la fase cero los accesos cerrados para evitar aglomeraciones. Ya en la fase uno se permitió a los deportistas -nadadores, piragüistas o triatletas- que pudieran utilizar la zona para realizar sus entrenamientos, algo que, seguro, han agradecido dadas las circunstancias. Ya desde el lunes pasado ha podido acudir a este pequeño paraíso todo el que ha querido, un trocito de libertad a cinco minutos de Noáin y 10 de Pamplona. Al lado de casa.

"Esta balsa era la gran olvidada, al menos hasta ahora. Igual porque no la conoce tanta gente. Pero todos los meses se mide la calidad del agua y la verdad es que los resultados son muy buenos. De momento hay afluencia, quizás más que cualquier verano. Pero seguro que dentro de dos semanas, ya en una fase tres más permisiva, la gente se anime más. También tiene que ver que de momento las piscinas han estado cerradas y las que han abierto ahora están limitadas".

En Beriáin, por ejemplo, no se van a vender de momento entradas de día y sólo los socios van a poder acceder a las instalaciones. "Seguro que eso favorece que muchos vecinos vengan aquí, y también gente de los pueblos de alrededor que solía ir a esas piscinas", explican. Lo importante, señalan, es que quien se acerque mantenga las distancias de seguridad, cumpla con la normativa y respete la limpieza de un espacio idílico.