urante los dos últimos fines de semana, el 2020 quedó aparcado en el Valle de Guesalaz y el 920 se abrió paso. Los vecinos y vecinas de la zona se libraron de una pandemia, pero se metieron de golpe en plena batalla entre Abderramán III y Sancho Garcés I por el dominio de Navarra. La disputa de Valdejunquera volvió a la carga 1.100 años después e involucró, a lo largo de las cuatro jornadas, a 750 nuevos participantes en la contienda. Tras las visitas teatralizadas que tuvieron lugar los días 1 y 2 de agosto en Muez, donde 200 visitantes fueron parte de las tropas del rey navarro y el emir de Córdoba, incluso portando armas de la época, el pasado sábado fueron 100 los afortunados que se empaparon del espíritu medieval. Esa tarde, además, el polideportivo del Valle de Guesalaz albergó un concierto de música único a manos del grupo Esemble La Danserye. Para concluir, el domingo, Iñaki Sagredo, historiador, ofreció, en la Iglesia de San Miguel de Salinas de Oro, una conferencia sobre el estratégico Castillo de Oro.

El proyecto, impulsado por la Asociación Tierras de Iranzu y los ayuntamientos del Valle de Guesalaz y Salinas de Oro, en colaboración con Fundación Caja Navarra y Gobierno de Navarra, había sido ideado de una manera completamente distinta, pero a causa de la crisis del coronavirus, tuvo que ser rediseñado por completo. Según explicó Nerea Basterra, concejala del Valle de Guesalaz y una de las coordinadoras del proyecto, la intención inicial era realizar una teatralización de la batalla a escala mayor en el polideportivo del Valle. El día escogido había sido el sábado 8 de agosto, un día antes de la tradicional Fiestas de la Sal de Salinas de Oro, que este año no ha podido celebrarse. De este modo, se pretendía separar la representación, -a la cual hubieran podido asistir un mayor número de personas -, de las diversas visitas guiadas. Sin embargo, la limitación de aforo y las medidas higiénico-sanitarias que debían respetarse obligaron a repensar la actividad y adaptarla a las nuevas circunstancias. "Lo que teníamos claro es que debíamos mantener el recorrido marcado por Iñaki Sangredo, historiador", señaló Basterra. De este modo, se decidió realizar tres jornadas de teatralizaciones, - los días 1, 2 y 8 de agosto -, y que la representación de la batalla fuera unida a la explicación histórica. "En un contexto normal, no hubiésemos podido hacer coincidir la actividad con la Semana Medieval o las Fiestas Patronales de Estella, pero al suspenderse estas, pudimos abarcar dos fines de semana con el objetivo de aumentar el aforo total".

Lo que sí se mantuvo desde el principio fue el concierto ofrecido por Esemble La Danserye, músicos, artesanos e investigadores procedentes de Murcia. Con más de quince instrumentos realizados por ellos mismos, interpretaron un variado repertorio de música antigua, desde el siglo X hasta el siglo XV. Según Charo Apesteguía, gerente de Tierras de Iranzu, quien calificó la función de "excelente", esta "causó sensación" entre los 250 asistentes. El aforo al recital había sido limitado siguiendo las recomendaciones sanitarias y, aunque no era necesario realizar una reserva previa, se completó.

Como colofón final, el domingo 9, el historiador Iñaki Sagredo ofreció una conferencia con el fin de dar a conocer El Castillo de Oro y su gran protagonismo en la defensa del Reyno de Navarra en la época medieval. Este enclave, de gran importancia para la protección de la capital del Reyno, condicionó las estrategias defensivas de los diferentes ejércitos y la historia de los castillos navarros hasta el XVI. Como apuntó la concejala Nerea Basterra, "la idea que teníamos con la charla era dar a conocer el lugar y poner en valor la Historia de la zona".

Con este acto concluyeron cuatro jornadas de teatro, música y gastronomía, en las que los visitantes, procedentes mayormente de Navarra, País Vasco y La Rioja, tuvieron la oportunidad de conocer el pasado medieval de Salinas de Oro y el emplazamiento del Castillo de Oro, así como de disfrutar de los mejores vinos ecológicos, pintxos medievales y de la primera cosecha de flor de sal. Con todo, y viendo la gran acogida que la iniciativa ha tenido entre personas del lugar y quienes llegaron de fuera, los organizadores se atreven a decir que la batalla de Valdejunquera ha venido para quedarse. El año que viene, eso sí, según dijo Basterra, habrá que replantearse cambios, entre otros, si todo va bien, orientados a acoger a un mayor número de personas.