Estella acogió con éxito de público y participación la feria de artesanía, una cita veraniega en la que participaron 20 puestos que dieron vida a la plaza de los Fueros desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde. Detrás de la organización del evento se encontraba la asociación Artesanos de Tierra Estella, un colectivo que ha padecido en carne propia las limitaciones de reunión que han impedido que su trabajo, cuyo mercado que en buena parte está vinculado a los espacios públicos, saliera adelante. “Está claro que los artesanos somos los últimos en tener en cuenta, este es un gremio muy difícil aunque tenemos que decir que este año el Ayuntamiento de Estella nos está apoyando mucho”, comentó Begoña Díaz, presidenta de la asociación que reúne a nueve artesanos en la Merindad, y a la que próximamente podrían acceder dos socios más.

Otros que formarán parte de la asociación próximamente serán Luisa Ciriza y Arcadio Cava: una profesora y un agricultor que llevan apenas un año trabajando sus creaciones en madera en su casa de Iturgoyen. “Somos unos recién llegados al mundo artesanal” comentaron. Una actividad que habían pensado realizar desde hace mucho tiempo hasta que hace un año se decidieron. “Trabajamos todo tipo de maderas de la zona: haya, roble, acacia, boj y olivo”; con las que realizan piezas que luego tratan con aceite de lino y cera natural.

Desde el colectivo están animados: “queremos modificar un poco los calendarios y hacer un mercado cada tres meses donde además sea una muestra de recuperación de distintos oficios para enseñar cómo se han venido haciendo” comentó Eva González, una de las artesanas de la asociación que realiza piezas de bisutería en vidrio.

Ayer el ofició que se exhibió fue el de los cordeleros. Una actividad que pusieron en escena un grupo de vecinos de Lekunberri, con los hermanos Saralegi a la cabeza: “hemos recuperado la actividad de hacer sogas con retales. Primero hacemos las tiras que luego trenzamos”, señalo Javier Saralegi, una actividad que enmarcan dentro de un escenario que completan con decenas de herramientas del mundo rural y que completaron incluso con las salvas de un cañón que lanzó caramelos al numeroso público que se acercó a lo largo de la jornada hasta la plaza de los Fueros.