Después de un intenso fin de semana, este domingo tocó entonar en Altsasu el ¡Pobre de mí!, día de despedidas antes del volver a la rutina. Especialmente sentido fue el adiós a Kinto, Kinta, Momotxorro y Sorgiña y sus inseparables cabezudos, un mundo de ilusión que cuesta dejar atrás. Y es que van unidos a las fiestas. La andadura de estas figuras se remonta en Altsasu a fiestas de 1944. Y es que el 13 de septiembre de ese año se presentó una pareja de gigantes, dos reyes para más señas, y cuatro cabezudos. Así se cumplen 80 años. Según cuentan las crónicas de la época, estos personajes de cartón piedra fueron adquiridos en la Casa del Ingenio de Barcelona por un importe total de 3.030 pesetas. Unos años después se compró la otra pareja: Marco Antonio y Cleopatra.

Aspecto que presentaba al mediodìa la plaza durante el concierto. Nerea Mazkiaran

En 1980 dieron un salto, cuando un grupo de amigos fundó la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Alsasua con la idea de salir por el pueblo y otras localidades. Así fue y durante dos décadas largas acudieron a diferentes lugares de Valencia, Zamora o Catalunya. En 1998 introdujeron dos nuevas figuras: Momotxorro y Sorgiña, que dejaron la agresividad que destilan en el carnaval rural para transformarse en unos personajes más amables pero que siguen guardando la magia de esta fiesta. Pero la comparsa nunca anduvo sobrada de personal y tras 22 años de andadura se disolvió por falta de porteadores no sin antes realizar varios llamamientos.

Los gigantes regresaron en 2011, tras un llamamiento de las peñas y un cursillo para aprender a bailarlos. Acudió un grupo de personas que desde el principio dejó claro que no es una comparsa al uso sino un colectivo que pretende mantener vivas estas figuras y con ellas la ilusión de los y las txikis. Con altas y bajas, en la actualidad cuenta con 15 porteadores.

Los gigantes a su salida de la plaza seguidos de txikis que se resistían a decirles adiós. Nerea Mazkiaran

Kinto y Kinta, dos personajes también unidos a las tradiciones de Altsasu, echaron a bailar en 2019, en sustitución de los antiguos reyes. Tres años después llegaron los nuevos Momotxorro y Sorgiña, que remplazaron a los existentes, que se encontraban en mal estado.

ÚLTIMO CONCIERTO

Uno de los actos más animados de las fiestas es el concierto del mediodía, que a lo largo de estos días ha llevado al escenario de la plaza diferentes estilos de música. Este domingo fue con Haize Berriak, la banda de Sakana, que ofreció un repertorio festivo con temas del Maestro Turrillas, jotas, mejicanas y temas setenteros que animaron a cantar y fandangos para bailar , entre otros. “Queremos que la gente sienta la banda como algo suyo, estamos en todas las fiestas”, apuntó su director, David Sánchez Andión, que lleva cinco años al frente. En la actualidad son medio centenar de músicos. Asimismo, interpretaron una canción especial, Txoria txori, en homenaje a Sergio Baztarrika, integrante de la banda fallecido recientemente. “Era una canción que le gustaba mucho”, observó el director.