pamplona - Los problemas en la pasarela del Labrit, que deberá ser desmantelada el mes que viene ante la falta de seguridad que presenta la estructura y la imposibilidad de acometer una reparación viable, comenzaron a ser evidentes en 2013, pero los entonces responsables municipales no hicieron nada al respecto. Así se desprende de la documentación que tramitó el área de Proyectos y Conservación Urbana del Ayuntamiento tras una queja vecinal recibida por las filtraciones que presentaba la pasarela, causantes de las goteras que afectaban a los viandantes en días de lluvia (y también sin ella). El primer aviso data del 22 de abril de 2013 y pese a que el área de Proyectos se comprometió a realizar un estudio y actuar en consecuencia, el asunto pasó de largo. Casi un año después de aquella comunicación, el 3 de marzo de 2014, el entonces secretario técnico de Proyectos reconoció que no se había hecho nada y que seguía habiendo filtraciones, instando a que se interviniera. El aviso fue comunicado a la dirección de obra (Boreas Nuevas Tecnologías SL, Óscar Pérez Silanes, Carlos Pereda Iglesias e Ignacio Olite Lumbreras ).

Tampoco se hizo nada, excepto devolver la fianza a la dirección de obra en mayo de 2014; y cuando el actual equipo municipal tuvo que actuar -primero decretando el cierre provisional en 2016, más tarde con la clausura definitiva y ahora con la decisión de desmontar la pasarela- los dirigentes de UPN aseguran que el problema no es para tanto.

Se trata de la última herencia envenenada que el gobierno del cambio se ha encontrado a lo largo de la legislatura, cuyo futuro ha quedado definitivamente marcado por el informe elaborado por una consultoría independiente en el que se recogen los graves fallos estructurales encontrados en la pasarela, que obligan a su inmediata retirada.

Construida bajo el mandado de Yolanda Barcina y ensalzada como uno de los símbolos de los mandatos regionalistas, la realidad ha demostrado que fue mal diseñada, con unos cálculos de resistencia equivocados y con graves deficiencias en su construcción, lo que “no permite garantizar los niveles de seguridad y funcionalidad exigibles” según los ingenieros de IDEAM. Por si fuera poco, ninguna de las soluciones estudiadas para repararla es viable técnica y económicamente, por lo que concluyen, aludiendo a razones de seguridad, que se proceda a su “pronta retirada”.

“primer síntoma” Durante la presentación del informe de IDEAM, el concejal delegado de Ciudad Habitable y Vivienda, Joxe Abaurrea, se refirió a los goteras de la estructura como “los primeros síntomas” de que algo no marchaba bien en la pasarela del Labrit. Según se ha podido comprobar después, y así aparece recogido en las conclusiones preliminares del documento de IDEAM presentado en octubre del año pasado, los problemas de las goteras tenían una explicación.

Se comprobó que la pasarela presentaba una corrosión generalizada de los elementos metálicos situados entre el pavimento de madera y las chapas del cierre inferior de la pasarela, especialmente estas últimas. El origen estaría en la carencia de un sistema de drenaje adecuado que favorece la acumulación de agua de lluvia y de restos de suciedad. Durante la inspección que los ingenieros de IDEAM realizaron el 14 de junio de 2018 a la estructura, era muy evidente la humedad que presentaba el interior de la pasarela y sus efectos en los materiales de construcción, hasta el punto de que las placas de metal se rompían manualmente.

El proyecto recibió el visto bueno el 17 de mayo de 2010 siendo Yolanda Barcina alcaldesa, y responsable de Urbanismo Enrique Maya. Al frente de la concejalía delegada de Proyectos se encontraba José Javier López Rodríguez, mientras que José Vicente Valdenebro era el director del área. Costó 1,2 millones de euros y se abrió al público en diciembre de 2010. - D.N.