PAMPLONA. ‘Ayer soñé con un 6 de Julio’ es un cartel inspirado en el día anterior al Chupinazo. En palabras de su autora, “en esos nervios de la noche anterior, esas ganas irrefutables de que llegue ya el 6 de julio, esa cuenta atrás que todos los pamplonicas hacemos, ansiamos y deseamos”. Por esa razón, ha elegido el despertar o amanecer de ese día con un plano cinematográfico y ofrece a quién lo ve “gozar de esas vistas y estar en el balcón viendo el inicio de las fiestas”. Se trata de un plano general y un ángulo picado en el que se ve la fachada de la Casa Consistorial y la aglomeración de la gente desde un balcón del edificio de la izquierda, lo que sería Casa Seminario.

La autora deja a la elección de la persona espectadora, a su libre interpretación, si quien ve la imagen que aparece en el cartel es un pamplonica que se despierta, se dirige al balcón de su habitación y ve el momento con el que ha estado soñando o es alguien que está soñando con el Chupinazo. De esta forma quiere ‘interacturar con ese momento tan emblemático de nuestras fiestas. Por eso, hace referencia al pasado pero también al presente porque el acontecimiento está sucediendo en ese mismo instante”. Además, ha querido reflejar en la imagen las dos caras de los Sanfermines, el día y la noche, utilizando para ello tonos cálidos y fríos. En palabras de Edurne Taínta, “los colores que plasman la luz y la sombra tienen doble simbología. La zona de colores fríos y azulados hace referencia al mundo de la noche, un mundo que tantas críticas y estereotipos tiene, sin tener en cuenta que es otra característica más que le da esencia a los Sanfermines. De este modo, en esta zona de la imagen, los confetis del día se convierten en estrellas deslumbrantes de la noche, generando así una ambientación poética y rompiendo con el estereotipo que se le ha afincado. La zona iluminada por el sol natural es cálida, amarillenta, anaranjada y rosácea. Con este tipo de colores, que no son reales, he querido reflejar el mundo del sueño y de la fantasía. Por ello, los colores que aparecen en el diseño no son los que realmente reflejan la realidad, manifiestan el mundo onírico en el que está el protagonista o el espectador cuando vive el Chupinazo”.

A propósito de otros detalles, señala que “el color rosáceo de las banderas crea en el espectador una atención inmediata a ese punto central. Son banderas neutras sin ningún tipo de icono ni sello político, creando así en el espectador otro tipo de intereses que no sean los que nos separan a la sociedad continuamente”.

Exposición de los 20 carteles preseleccionados en Condestable a partir del 28 de junioEste año, el Ayuntamiento de Pamplona introdujo como novedad en el certamen que las personas participantes debían presentar el arte final o cartel definitivo en formato jpg y no un boceto como en la última edición. Además, opcionalmente, se podía acompañar con un documento sobre el concepto teórico de la obra y los elementos que la conforman (composición, colores, tipografía, simbología, etc.).

Entre todas las obras, el jurado del concurso de carteles de San Fermín seleccionó los 20 que debían presentarse en soporte físico para elegir entre ellos los 8 finalistas que llegaron a la votación popular. Para la producción de cada uno de los carteles se concedió una ayuda municipal de 100 euros. Las 20 obras podrán verse expuestas en el Palacio del Condestable entre el 28 de junio y el 25 de agosto.Al concurso se presentaron 277 carteles. De ellos, 106 (38% del total) procedían de Pamplona mientras que del resto de Navarra llegaron otros 56 (20% del total). Además, hubo 113 obras de otras provincias (41% de las presentadas) y 2 de otros países (casi el 1%).