La época navideña siempre es sinónimo de tradición y en Pamplona este aspecto se refleja en las pastelerías y confiterías que tras generaciones de artesanos todavía continúan en pie con sus turrones, mazapanes y polvorones hechos a mano. Sus clientes, principalmente mujeres mayores, continúan con la tradición para poner la mejor guinda a los menús navideños.

Manterola, pastelería situada en la calle Tudela, este regentada por Mikel Manterola. Este corresponde a la sexta generación de confiteros que, desde 1810 elaboran productos típicos de la Navidad. "Nuestro producto estrella es el mazapán, tenemos veinte variedades como el de yema, pralinés, natanuez, mantequilla y trufa. La gente quiere tener nuestra mazapán en la sobremesa de navidades y en el día de Nochevieja", apunta Manterola.

La elaboración de estos productos es igual a la de antaño, ya que producen alimentos no perecederos como el turrón o el merengue que no requieren de cámaras frigoríficas. "En mi opinión nuestros sabores son muy evocativos, si lo pruebas de pequeño lo quieres siempre y es por eso que tenemos un público muy fiel que nos permite estar siempre manteniéndonos en las ventas navideñas", señala Mikel Manterola.

Otra de las confiterías más antiguas de la ciudad de Pamplona es Donezar. Situada en la calle Zapatería, este local lleva desde 1853 y actualmente es Joaquín Donezar, perteneciente a la sexta generación, quien lo dirige. Donezar ha trabajado desde sus inicios con turrones, mazapanes, girlaches y turrón royo. Este último, y según Joaquín Donezar, es el producto estrella: "Quedamos pocos artesanos que lo hacemos y es un producto tan típico de Pamplona y de Navarra que lo elaboramos durante todo el año".

El obrador, situado en el mismo local de Zapatería, ha ido renovándose con los años, pero Donezar continúa elaborando los productos de la misma manera. "La fabricación es muy manual y se sigue cuidando la artesanía. La almendra se compra en grano y el molerla lo hacemos en el obrador", explica el regente.

A pesar de los años y el público fiel que se ha creado alrededor de Donezar, según el propietario "la ciudad sufre sus cambios y el Casco Viejo cada vez es más inaccesible". "Hay gente que por fechas especiales sí que hace el esfuerzo y viene pero en general las ventas poco a poco van bajando", expresa Donezar.

artesanía La calidad y variedad de producto (las míticas culebras de mazapán por ejemplo) y la elaboración artesanal hacen que estas confiterías sean valoradas por su clientela desde hace décadas.

Yolanda López es la propietaria de Dulces Artesanos Garrarte de la calle Estafeta y su arte con el chocolate y la elaboración de turrones les ha hecho famosos. "La empresa es de 1880 y yo soy la cuarta generación de confiteros. Somos de Tafalla pero vivo en San Adrián, por lo que tengo un obrador propio ahí", comenta López. Una de las innovaciones de Garrarte ha sido la creación del Olentzero y los Reyes Magos de chocolate. También, dentro de su gran selección de turrones como pueden ser el de yema, mantequilla, mazapán, chocolate con almendras o pasas, esta confitería elabora los Turrones de Autor. "En estos tenemos turrones de especias, de mandarina y mazapán de pistacho, de Bourbon que es con naranja confitada, Bourbon y praliné", señala.

Los productos artesanos y su toque familiar hace que la gente que acude a Garrarte quiera repetir. "Aquí en Estafeta tenemos a la misma gente todos los años y luego gente nueva que viene a probar los turrones y repite. Trabajamos mucho con el turismo dada a la ubicación del local", apunta Yolanda López.

Zucitola también es otra pastelería que lleva generaciones realizando este tipo de productos. Marta Arrasate es una de la directoras generales y comenta que llevan desde 1937 elaborando estos productos: "Tenemos mazapán, turrones, polvorones, tortas, girlaches, trufas, cocos, yemas, turrón royo y lo producimos todo artesanalmente en el obrador que tenemos en San Juan".

Sus productos, al no tener ni conservantes ni colorantes, tienen poca caducidad, la materia prima es de calidad y se elaboran a la vieja usanza con los tornos y las prensas de turrón.

La fidelidad en Zucitola hace que se mantengan las ventas durante el año y especialmente en esta época del año. "Hacemos servicio a domicilio en menos de 24 horas y cestas a la carta. Además tenemos los turrones en miniatura, cosa que a la gente le gusta para compartir", señala Arrasate.

La Pastelería Torrano, ubicada en la calle Castillo de Maya 36 y que lleva desde los años 60 elaborando productos en su propio obrador, y la Pastelería Arrasate, que fabrica sus productos en Villava, también son dos negocios familiares que todavía venden sus turrones y mazapanes en estas fechas.

Otras confiterías más jóvenes como Bombones Torres, que abrió hace 20 años en la calle García Ximenez y que tiene otra tienda en Estella, se ha hecho un hueco en el mercado de la repostería artesanal de Pamplona. En su obrador de Villatuerta elaboran mazapanes, polvorones, girlaches, trufas, rocas del puy y turrones de diferentes chocolates, pralinés y trufa de manera artesanal. Su producto estrella, tal y como comenta la dependienta Alicia Velasco, es el mazapán de cuajada. "Las ventas son similares todos los años, tenemos clientela fiel que prefiere pagar más por un producto de calidad que comprarlo en supermercados", expone Velasco.