pamplona - “Con esta reversión van a conseguir familias partidas”. Quien habla es Eguzkiñe Aiesa, ama de Goizeder, escuela de la Rochapea que en el próximo curso pasará a impartir una oferta mitad en castellano y mitad en euskera. “Han elegido el peor centro para hacerlo”, porque “por las características del edificio” las aulas se distribuyen alrededor de una plaza central. Unas serán en euskera y otras en castellano, y niños de ambas lenguas mezclados en los espacios comunes. Aiesa discrepa con que los cambios del modelo vengan recogidos en el fallo: “Esa sentencia no habla de reversión, simplemente dice que en su día el procedimiento no se hizo cómo debería. Y ahora, en lugar de adecuarlo, llegan a un acuerdo con las familias querellantes, pero en vez de resarcirles se limitan a perjudicarnos a las demás para el futuro”. Añade que, además, la actual directora del área de Educación, Sara Climent, fue de una de las familias querellantes, “con lo que es juez y parte a la vez; y esto debe saberse”.

Eguzkiñe tiene dos txikis: Araitz, de 21 meses, cursa actualmente 0-3 en Goizeder en euskera, mientras que Zeiane, de 5 meses, esperan se incorpore este curso: “En nuestro caso, supone un doble problema. Para la mayor ya no se garantiza la inmersión lingüística, y para la txiki, además, no sabemos si habrá plaza en euskera”.