- El paseo de Sarasate estrenó ayer nueva imagen, tras los cambios puestos en marcha por el Ayuntamiento de Pamplona para facilitar el uso del espacio público por parte de la ciudadanía y garantizar la distancia social en plena época de pandemia. Sin embargo, las modificaciones pillaron por sorpresa a vecinos y comerciantes, y no gustaron del todo a los residentes en el vial sur de Sarasate, en el lado de Correos, ya que a partir de ahora se deriva todo el tráfico de villavesas delante de sus viviendas, y porque, entre otros inconvenientes añadidos, ven “ilógico” tener que atravesar toda la calzada para echar la basura, ya que los contenedores se han colocado junto al paseo central.

Las modificaciones pretenden convertir a futuro el paseo en un bulevar peatonal, tal y como se concluyó en el concurso de ideas convocado para la remodelación de este espacio tan emblemático, pero ayer amaneció desierto y desangelado, lo que da poca idea de cómo evolucionará su uso hasta que no se consoliden los cambios y, sobre todo, se conozcan. Porque aunque las paradas de la villavesa se han cambiado desde ayer al carril sur (frente a Correos) que ahora cambia de dirección y solo pueden usarlo autobuses, taxis y residentes, ayer aún había personas esperando al bus en las paradas habituales y más de un vehículo intentaba salir del paseo por el vial habitual. Los agentes de la Policía Municipal tuvieron trabajo ayer para explicar los cambios a la ciudadanía, y allí también se desplazó el director de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento, Pachi Fernández, quien avanzó que esta semana se van a pintar las plazas de aparcamiento para motos y personas con movilidad reducida, y, asimismo, se va ajustar toda la señalética y marcas viales para que sea acorde con los cambios. “La idea es dar más espacio al peatón”, dijo. “¿Permanencia? No se sabe aún”, dijo aunque recordó pero todas los proyectos del concurso de Sarasate defendían reducir el tráfico a un solo vial, el sur.

Inmaculada Guallar, vecina del portal 19 del paseo de Sarasate, indicó que “los cambios me han sorprendido, como vecina ni me había enterado, y no sé si esto es provisional o definitivo”. Esta residente opinó que “nos tendrían que haber mandado una circular, porque yo tengo a mi marido con minusvalía y las plazas para aparcar no sé cómo van a quedar”, dijo y añadió que “las ventajas pueden ser para los de afuera que vengan a pasear, pero para los que vivimos aquí no. Vamos a tener problemas para aparcar, las villavesas van a estar continuamente pasando y luego la calzada no es suficientemente ancha, no sé si se cruzan dos buses, si caben”.

De la misma opinión era Marta, vecina del portal 7 de Sarasate, quien avanzó que la comunidad ya ha remitido una carta a la Mancomunidad: “No hemos tenido ninguna notificación ni del Ayuntamiento ni de la Mancomunidad y luego ha sido todo muy precipitado”. Añadió también que, a juicio de los residentes, “realmente no está bien planteada la reforma, no han tenido en cuenta si son bloques residenciales o no y sobre todo que, en muchos casos, se trata de personas mayores y con una mala movilidad”, por lo que no entiende que ahora se les obligue a sortear villavesas para echar la basura, por ejemplo.

También pedía más apoyo para los vecinos Juliano Mercado, residente hace 7 años de la calle San Miguel. “Tuve que dejar el coche hace unos años porque no podía aparcar, y ahora me quitan las plazas de moto”, se lamentaba después de que los agentes le indicaran que ya no están operativas las de frente al monumento. Desde el comercio Kikos, Adriana Andrea Rusei lamentó que al quitarse varias villavesas hace dos años ya bajaron mucho las ventas, por lo que tiene miedo de que “esto sea aún peor”.

Sin comercio. En la acera de Correos han desaparecido todos los comercios y locales de hostelería y solo hay algún estudio y oficina bancaria, lo que urge un plan de revitalización para la zona. En la acera de enfrente, la situación es algo mejor, pero los locales comerciales no llegan a la decena.

Vehículos autorizados. El tráfico en Sarasate solo se permite para buses, taxis, residentes y vehículos autorizados, que deberán acceder desde San Ignacio.

“Puede favorecer al que viene a pasear, pero a los vecinos de aquí creo que no”

Vecina del paseo de Sarasate