- “Llevábamos 25 años juntos y en la anterior peluquería habíamos forjado una muy buena relación. Cuando vas a abrir un negocio con más gente tienes que tener mucha confianza en ellos”, asegura Pilar Lueza, que el 17 de septiembre inauguró la peluquería Azpilicueta en Paulino Caballero junto con sus compañeros y amigos Sergio Barandiarán y Beatriz Azpilicueta.

Los motivos que les llevaron a dejar la anterior peluquería y a adentrarse en esta aventura fueron variopintos. En el caso de Pilar y Sergio, fue el aumento de la carga de trabajo tras el confinamiento: “Antes solo cortaba y peinaba el pelo. Teníamos ayudantes que lavaban la cabeza a los clientes o les cobraban. Pero después del confinamiento muchos compañeros seguían en ERTE y hacíamos de todo. Entonces pensé que si realizaba todas las labores de una peluquería, mejor las hacía en mi propia peluquería”, apunta Pilar. “Hubo un cambio de gestión y de las condiciones laborales. Al final, viendo cómo estaba la situación y el futuro que me esperaba pues me animé”, incide Sergio. Beatriz quería crear algo nuevo e ir contracorriente: “Pensé que de una historia mala, como la pandemia actual, se podía sacar algo bonito con ilusión”.

Los tres peluqueros comentan que han empezado su nueva aventura con muy buen pie. El éxito, relatan, reside principalmente en la fidelidad de su clientela y en su larga experiencia profesional.

“Con la que está cayendo no puedes abrir un negocio si tienes que captar clientela. Nosotros tenemos clientes muy fieles y por ejemplo muchos de ellos me dicen ahora que iban a la anterior peluquería por nosotros tres, no por el letrero que había en la puerta. ”, señala Pilar. “La gente ha respondido y nos ha seguido. No empezamos de cero”, subraya Sergio.

Beatriz añade que también les ha ayudado mucho los 100 años de experiencia que entre los tres suman en el mundo de la peluquería. En concreto, Pilar 43, Sergio 32 y Beatriz 25. “Eso te da mucha seguridad”, resalta.

Una de las características que diferencia a Azpilicueta de otras peluquerías es que trabajan a demanda. Es decir, no tienen un horario fijo. Además, cada peluquero tiene su agenda con sus propios clientes. “La persona llama y decide a qué hora quiere venir”, explica Pilar. Eso sí, ser flexibles no significa atender a cualquier hora: “Nos adaptamos a las necesidades de los clientes, pero lógicamente no estamos trabajando ni a las 10 de la noche ni a las 6 de la mañana”, recalca Sergio.

De esta manera, cada peluquero se organiza su clientela y no tiene que estar todo el día en la peluquería: “Atiendo a mis clientes, recojo, limpio y hasta mañana. Así no estoy el resto del tiempo mirando al suelo”, explica Pilar.

“Trabajando a demanda atiendo a la clientela, recojo, limpio todo y hasta mañana”

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