En plena pandemia y en pleno estrés de compras navideñas, pedir a la ciudadanía que guarde distancias y camine por la derecha es misión imposible. No hay más que pisar Carlos III un día como el de ayer para verlo. Al peatón con prisas no se le puede poner normas, cuando se trata de cumplir su trayecto lo más rápido posible, porque él prefiere caminar en diagonal, en zig zag o sorteando a otros a su paso. Es lo que tiene la semana prenavideña, que cada cual anda a su antojo.

La semana pasada, el área de Seguridad Ciudadana recomendaba a la ciudadanía que, ante la posible presencia de gran número de personas en el entorno de las calles céntricas de la ciudad como la avenida Carlos III o la Plaza del Castillo, realizara sus desplazamientos a pie en la misma dirección, para evitar así "aglomeraciones" o "interrupciones entre peatones". Sin embargo, la mayoría ono conocen la recomendación o les importa poco.

La propuesta municipal también ha saltado a las redes sociales. Blogs sobre movilidad como Sabes dónde ciclas, del agente municipal Xabier Aquerreta, opinan que el Ayuntamiento podría haber optado por cortar el tráfico a determinadas calles, como hace en Sanfermines, para dejar más espacio para los viandantes en vez de "inventar normas imposibles". Polémica servida