Pronosticó, cuando se supo que el PSN iba a presentar enmiendas al proyecto presupuestario, que Maya lograría sacarlo adelante y no se equivocó.

-Era de primero de política (se ríe). No hace falta ser ningún lince. Enrique Maya estaba loco por aprobar el Presupuesto, ya que no quería pasar a la historia como el único alcalde de Pamplona que no lo había podido conseguir.

¿No habría hecho usted lo mismo que él?

-En modo alguno. El Presupuesto es el instrumento más importante para el funcionamiento de cualquier institución, pero también están los principios y hemos podido ver que Enrique Maya tiene muy poco apego por los compromisos. Durante 4 años, ha basado su oposición en mantras, en eslóganes a los que recurrir una y otra vez, como Pío XII, la pasarela del Labrit, la amabilización o Padre Moret. Ahora, a la primera de cambio, renuncia a todos esos compromisos por garantizarse un año de presupuesto. Con todo eso metido en una coctelera estaba claro el resultado y creo que en el PSN lo sabían desde el principio. Ha habido un poco de sobreactuación en este asunto.

Fue el precio a pagar por garantizarse el Presupuesto, lo dijeron abiertamente.

-Me parece una auténtica vergüenza. Son este tipo de ejemplos que explican porqué los ciudadanos se alejan de la política. Al final lo que ha hecho Maya, y así se lo dije en el Pleno, es decir que estos son mis principios, pero si no les gustan tengo otros. Y me pregunto ahora si piensa reunirse con los vecinos y comerciantes de Pío XII para decirles que no era tan malo lo decía antes Asiron , que no va a ver atascos o que el comercio no se va a hundir. En política tiene que haber unos límites y dignidad y si algo ha demostrado Maya en este tiempo es que no es un político de fiar.

Seguro que en sus negociaciones con Armando Cuenca y Edurne Eguino tuvo que hacer alguna renuncia.

-Cuando quería presentar una iniciativa tenía que llamar a tres puertas, a la de Itziar Gómez en Geroa Bai, Armando Cuenca en Aranzadi y Edurne Eguino en I-E. No era fácil y a pesar de todo, conseguimos aprobar tres presupuestos. Nos faltó el último, pero era año electoral y ya sabíamos lo que había. Creo que hay niveles y un margen para la negociación sin atacar tus propios principios. Por eso digo que yo jamás habría hecho lo que hizo Maya.

Que una ciudad disponga de un presupuesto aprobado siempre es beneficioso.

-Si el alcalde no se llamara Enrique Maya probablemente sí, lo que ocurre es que el PSN, a cambio de 7 millones de sus enmiendas, le ha dado vía libre para que actúe con 22 millones. En el último ejercicio, las formaciones progresistas demostramos que podíamos impulsar proyectos desde la oposición con modificaciones presupuestarias. Por eso es rigurosamente falso decir que era necesario aprobar el presupuesto de Navarra Suma por la pandemia. En 2020 Maya presupuestó 215 millones y a través de modificaciones presupuestarias llegamos a 216, con acuerdos de las formaciones de la oposición. Se podían haber sacado más iniciativas por esta vía, pero el PSN ha preferido convertirse en el socio preferente de la derecha y copartícipe de sus políticas. Se ha visto esta semana, con una rueda de prensa de Esporrín actuando como portavoz del tripartito de derechas.

¿Dónde cree que se tomó la decisión de los socialistas de apoyar a Navarra Suma?

-He reflexionado mucho sobre todo esto y veo una doble pulsión. Por una parte, una manera de ver las cosas más a corto plazo, que lo sitúo en el ámbito del Ayuntamiento, en el sentido de colocarse en el centro, ganar cierta notoriedad pública durante unos días y de paso llevarse alguna palmadita en la espalda de algunas terminales mediáticas, como se las llama ahora. También veo una jugada más de fondo, que probablemente proceda de Sarasate -donde se encuentra la sede del PSN- que tenía como objetivo dinamitar la dinámica que estaba funcionando, y muy bien, de gobernar desde la oposición con acuerdos entre las formaciones del arco progresista de Iruña. No podemos olvidar que la investidura fue hace poco menos de 2 años y que fueron ellos lo que colocaron a Enrique Maya. No puedo decir que me sorprendiera.

Durante el Pleno en el que se consumó el acuerdo evitó expresamente romper puentes con los socialistas. ¿Lo hizo pensando en Pamplona o en los ayuntamientos donde Bildu necesitaba de sus votos?

-Siempre tienes que pensar en un contexto general, pero mi prioridad absoluta es lo que ocurra en esta casa. Por desgracia, el PSN es necesario para llevar adelante políticas de izquierda y por eso precisamente está siendo tan difícil. El PSN siempre tiene la voluntad y la tentación, más consciente que inconsciente, de volver al bipartidismo, a los tiempos donde se repartían el pastel entre UPN y PSN, a veces hasta de forma coordinada. En este momento tengo una visión bastante realista de lo que es el PSN y creo que tiene que evolucionar muchísimo para llegar a ser un factor de cambio profundo.

¿El acuerdo puede suponer la ruptura definitiva de esa mayoría progresista a la que aludía y que había podido marcar el paso de la legislatura del equipo de Gobierno?

-Habrá que ver si es definitiva. Dependerá de ellos. Nosotros en todo momento hemos intentado mantener los puentes abiertos, pero es muy complicado porque en cuanto coges un poco de perspectiva te das cuenta de que realmente el PSN ha hecho unos cuantos guiños a la izquierda en materias que no eran esenciales, como movilidad o memoria histórica, pero en los grandes asuntos de legislatura se ha entregado a la derecha. Es lo que ha pasado con la comercializadora de energía, que con lo que está cayendo decidieran eliminar; o con el asociacionismo de los barrios, suprimiendo un servicio que llevaba muchos años funcionando muy bien; o con el euskera, que el PSN ha entregado a la derecha para que haga lo que quiera. La guinda ha sido el Presupuesto, dándole un voto de confianza a Enrique Maya que no se merece para nada.

¿No lo vieron venir?

-Lo que ha sucedido es que el PSN ha jugado en este tiempo a dos bandas de una manera muy interesada, con guiños a la izquierda por un lado, pero sacando siempre las castañas del fuego a la derecha.

¿Cómo están ahora sus relaciones con Esporrín?

-Mantenemos un contacto permanente, pero es cierto que las relaciones han pasado por mejores momentos que el actual. Lo que ha ocurrido es demasiado grave para que no tenga consecuencias, pero no perdemos la esperanza de que el PSN recupere sus esencias de izquierda.

¿Cree que Maya cumplirá sus compromisos?

-Habrá que verlo, porque aquí hemos tenemos experiencias en ese sentido, con acuerdos presupuestarios del PSN con Barcina que al final no cumplía. Me gusta fijarme en los detalles y durante el Pleno presupuestario Maya dijo 2 veces que iba a resultar muy difícil ejecutar todo. A ver si no se están preparando ya.

¿Considera que Navarra Suma mostrará a partir de ahora otro talante?

-No y además conviene recordar que este Presupuesto que han acordado parte de la exclusión. Maya ha dicho una y otra vez que no se va a sentar a hablar ni va a tener en cuenta nada que venga de nuestra formación, que representa al 25% de los pamploneses.

“Jamás habría hecho lo que hizo Maya, hay margen para negociar sin atacar tus principios”

“Lo que ha pasado es demasiado grave para que no tenga consecuencias”

“La decisión de pactar se tomó en la sede de Sarasate para dinamitar los acuerdos en Iruña”

“En todo momento hemos tratado de mantener los puentes abiertos con el PSN”