roteger, acercar, conocer, cuidar y defender los parajes naturales más cercanos, ese entorno rural que, por pequeño que sea, siempre tiene un gran valor. Esta filosofía defienden los integrantes del grupo ecologista Alnus de Marcilla, una entidad que nació en el año 1992 tras ver la necesidad que había de limpiar y revegetar las orillas del río. Desde aquella acción, el origen de todo, la entidad ribera no ha cesado en su actividad ni un solo día y ahora, tal y como exponen Felipe Marín, Javier Fabo y Lourdes Garde, integrantes y alma máter del grupo, han propuesto habilitar cuatro itinerarios naturalísticos por el término municipal que faciliten a vecinos y visitantes la práctica del senderismo de una forma segura.

Esta idea, explican los impulsores del proyecto, surgió de Alnus tras detectar que cada día hay más personas que salen a pasear por la localidad, “está habiendo un retorno a esa naturaleza, a las rutas paisajísticas”.

Sin embargo, uno de los problemas con el que llevan lidiando bastante tiempo es que, precisamente, una de las zonas mejor conservadas para caminar se encuentra al otro lado del río Aragón y su paso a pie es prácticamente inaccesible. De hecho, explican, “en Marcilla hay varios puentes pero ninguno es peatonal; de hecho son estrechos, alguno de bastante longitud, y sin arcén, viejos y deteriorados. Antes, se pasaba mucho pero ahora, aunque alguno lo sigue haciendo, apenas lo cruza nadie por el riesgo que supone”.

Los cuatro senderos que tienen en mente son paseos fluviales, el río es el protagonista en todos ellos y el punto de unión; todas las rutas partirán de la zona deportiva. Los recorridos serán muy intuitivos aunque se señalizará y la idea es que se puedan hacer a pie o en bicicleta; “son caminos secundarios por los que no pasan los coches aunque habrá algún cruce con caminos principales por los que sí circularán vehículos y que estarán debidamente marcados”, puntualizaban los marcilleses.

Un bosque mediterráneo

El Montico

El sendero que más avanzado está es el de El Montico. Se trata de una ruta de unos 9 kilómetros en el que, debido al paso del tiempo, el camino desapareció y dejó paso a un bosque mediterráneo; “mucha gente ni lo conoce y está muy bien conservado”. Después del confinamiento, apuntan Marín, Fabo y Garde, lo acondicionaron un poco para que la gente pudiese pasear por allí al aire libre.

En este caso, y como en el resto de rutas, esperan poner paneles informativos que ellos mismos adaptarán; mostrarán la vegetación, la flora y la fauna, lo más característico así como los puntos de interés que por la zona puede haber.

En el caso del Montico, por ejemplo, destacarán la plantación de pinos, el castillo de los moros, los dos barrancos o las formaciones geológicas, entre otras cuestiones.

El presupuesto para esta señalización en concreto ya está enviado. Y es que, “se trata de ir dando pasos” en una dirección que no solo depende de ellos ya que comentan, no se pueden marcar plazos porque dependen de las obras del TAV. “Las obras nos condicionan mucho, de hecho, incluso nos imposibilita la búsqueda de financiación porque las subvenciones exigen plazos que nosotros, de momento, no podemos cumplir porque no podemos avanzar”.

Territorio Visón

Soto Contiendas

La siguiente ruta que les gustaría adecentar es la del Soto Contiendas. Se trata de un camino de unos 4 o 5 kilómetros que transcurre por el espacio natural conocido como Territorio Visón. En este punto los vecinos y visitantes descubrirán la balsa, los sotos, así como curiosidades sobre los murciélagos y las cigüeñas.

Para poder seguir con este camino, insistían, “hace falta una pasarela peatonal, sino no tiene sentido, es una necesidad real. De hecho, por eso seguimos avanzando porque cuanto mejor preparado esté todo y se vea la demanda que existe, más real se palpará la necesidad y la urgencia de tenerla. Queremos que sean paseos que se utilicen, de ahí la demanda que lleva años sobre la mesa y en la que ya se está trabajando”.

De hecho, hay una propuesta municipal, está hecho el estudio hidrológico y el estudio de cargas y ha habido contacto con los diferentes departamentos. “Esa pasarela es imprescindible para que los senderos sean viables y útiles”, reiteraban.

Paisaje estepario

La Planilla

El tercer itinerario se denomina La Planilla y es el más largo y más alejado del casco urbano ya que tiene unos 24 kilómetros y, aunque está principalmente pensado para las bicicletas, también se puede hacer por tramos caminando.

En este caso, entre los valores que destacan estos tres marcilleses están el paisaje estepario, el paso de las avutardas, la vegetación de saladar, los barrancos, así como los usos de la tierra; allí se cultivaban lentejas y guisantes pero se pasó al espárragos, que fue algo muy rentable, y ahora hay cereal salvo en una parte que es regadío.

Formaciones de yeso

Molino y Azucarera

Y por último, el cuarto sendero es El Molino y la Azucarera. Se trata de una ruta de 8 kilómetros y “es un camino que muchos vecinos han pedido que se acondicione”. De hecho, puntualizaban, el sendero ha surgido de forma espontánea; es una ruta que va desde el casco urbano hasta el barrio de la azucarera y, aunque la AP lo cortó, es una senda natural que transcurre por el margen derecho del río Aragón. Allí se puede ver el antiguo molino, la harinera, la azucarera, las formaciones de yesos y se puede pasear por el propio barrio.

Aunque el sendero, como reiteraban, lo cortó la obra del TAV, existe el compromiso de realizar una pasarela por debajo de la autopista que continúe con un puente por encima de las vías del tren.

Con ganas, ilusión y, por supuesto, con mucho esfuerzo y trabajo, esperan que estos cuatro itinerarios vean la luz más pronto que tarde ya que, como recalcaban, “el hecho de vivir o estar en un municipio pequeño como es Marcilla no quita para potenciar y poner en valor todas las bondades que ofrece el medio natural”.

El objetivo. Poner en valor y dar a conocer los recursos naturales y paisajísticos de Marcilla.

Las rutas. Son paseos fluviales, caminos que podrán hacerse tanto a pie como en bicicleta.

Condicionantes. Los trabajos están a la espera de ver cómo evolucionan las obras del TAV.

Impulsor de Alnus y de los itinerarios, Marín recalca que para que este proyecto tenga futuro es necesario construir una pasarela peatonal que permita cruzar el río sin peligro, algo en lo que ya se está trabajando.