- El tema de los jabalíes está a la orden del día y en boca de todos en Marcilla y es que en los últimos días han sido varios los ejemplares que se han dejado ver por el casco urbano. Sin embargo, explican desde la asociación ecologista local Alnus, estos animales, cuya población sí que ha aumentado, no han hecho sino destapar y dar a conocer un problema mucho mayor que llevan varios años denunciando: la acequia de riego, la acequia mayor, "aunque era parte de un hábitat muy rico en vida, se ha convertido en una trampa mortal para los animales salvajes de paso; nos les da miedo el agua, saltan y mueren ahogados a los días, muchos por puro agotamiento, porque no existen salidas de fauna".

De acuerdo con Javier Fabo y Felipe Marín, dos de los integrantes de esta entidad local, la acequia de riego va desde la presa de Marcilla, que está en Caparroso, hasta Peralta y Funes; unos 8 kilómetros que transcurren por una zona agrícola intensiva, cerca de la reserva natural del Sotillo, La Lobera, y junto a los cortados del río Aragón y el propio río. En su origen, informaban, era de tipo árabe, con vegetación a los lados y un hábitat muy bueno, pero con la modernización colocaron un canal de hormigón de unos dos metros por dos metros aproximadamente, algo que, dejan claro, "los sindicatos hicieron con toda la normativa en regla, lo que no quita para que haya que readaptarla con salidas de fauna". Además, allí hubo una mini central eléctrica que funcionó hasta diciembre de 2017; "esta paralización supone un cambio en la dinámica de los animales que caen a la acequia".

Desde que cesa dicha actividad, insistían, el problema crece ya que "antes había un punto de parada en la mini central; los animales se metían en el canal de carga y se estancaban sin posibilidad de pasar al casco urbano. Desde que no está la central, el agua se desvía, pasa por un tubo donde son golpeados con gran fuerza y vuelven a la acequia y de ahí, al pueblo. Este año la gente ha visto muchos animales y es que baja menos agua, hacen pie, se impulsan y salen".

De hecho, hace apenas un mes, en tres días consecutivos, de lunes a miércoles, sacaron un total de 11 jabalíes entre ejemplares vivos y muertos y el año pasado, en los 25 días previos a la Navidad, recuerdan, aparecieron 35 jabalíes. Los animales, muchos de ellos, exponían, son depositados en las orillas de la acequia creando cementerios, algo que "conlleva muchos problemas".

Los jabalíes no son los únicos que caen ahí sino que también lo hacen especies protegidas como los visones, u otros animales como tejones, corzos, nutrias, ovejas, perros, zorros, reptiles y anfibios y "no salen porque las paredes tienen mucha altura".

Y ahí, de acuerdo con Marín y Fabo es donde reside parte de la solución: "Para que los animales no lleguen al casco urbano hay que hacer salidas de fauna; salidas escalonadas o en rampa que no entorpezcan el agua. Estas salidas se colocarían en puntos estratégicos, que habría que estudiar, y siempre encaminadas hacia el río y los parques y no hacia el casco urbano, que es el objetivo final". Pero para ello, reiteraban, "hace falta el permiso del sindicato y la implicación de todos".

De hecho, Alnus va de la mano de la asociación de cazadores en este aspecto aunque la solución a este problema, aseveran, tienen que buscarla de forma conjunta con el Gobierno, a quien ya acudieron hace tiempo con esta demanda, el Ayuntamiento y sindicatos de riego de Marcilla, Peralta y Funes. "Los jabalíes han destapado el problema pero es algo que va mucho más allá".

Tras varios intentos y escritos al Ejecutivo foral, vuelven a la carga y esperan poder mantener una reunión con el departamento de Medio Ambiente para exponer el problema y tratar de buscar una solución. Lo que parece claro, insistían, es que el presupuesto no es un problema ya que un estudio previo revela cómo una salida de fauna apenas llega a los 1.000 euros.

Estos años han sido muchos los técnicos que han estado a pie de acequia para ver las diferentes posibilidades (especialistas del Gobierno, del guarderío forestal, abogados, guardas de los sindicatos, federaciones de caza y asociaciones, entre otros). "Siempre se intenta buscar culpables y eso no es lo que pretendemos. No hay que entrar en si hay muchos o pocos jabalíes, en si hay que cazarlos o no. A los 15 o 20 días los animales se ahogan o mueren de inanición y eso es lo que hay que evitar y se puede hacer rompiendo el muro del lado que convenga para que vean la luz y puedan subir. Entendemos el problema que generan, sobre todo los jabalíes, en los campos, pero la idea es intentar que no caiga ningún animal y que los que lo hacen no estén días sufriendo hasta ahogarse", finalizaban desde Alnus.

El problema. La acequia no tiene salidas de fauna. Los jabalíes han hecho visible el problema al saltar y llegar al casco urbano.

Colaboración. Esperan la implicación de instituciones y entidades. Pedirán reunión con el Ejecutivo.

Desde Alnus creen que las salidas pueden hacerse rompiendo el muro hacia donde más convenga, sin generar mayores inconvenientes.

11

Hace un mes, de lunes a miércoles, aparecieron en la acequia 11 jabalíes. El año pasado, en 25 días, lo hicieron un total de 35.