En el centro hemos detectado dos situaciones llamativas. Por un lado, hay ciclos formativos que a pesar de ser muy demandados por el tejido empresarial de Sakana tienen una baja matrícula y por otro, hay ciclos claramente masculinizados y feminizados”, destaca Mª José Oyarbide, jefa de estudios y orientadora del CIP FP Sakana. En puertas del periodo de matriculación, del 17 al 26 de mayo, desde el centro animan a eliminar el sesgo de género y tener en cuenta la empleabilidad a la hora de elegir una profesión. Para ello, Izaskun Artigas ha realizado un vídeo con testimonios de diferentes personas y agentes de la comarca para cuya difusión han solicitado a los centros de Secundaria su colaboración.

“Consideramos que puede ser un elemento interesante a la hora de trabajar la orientación académica y profesional con el alumnado de la ESO”, observa Oyarbide. Y es que no se trata de una mera campaña de matriculación. El objetivo es informar a la población de Sakana de que un cambio en la tendencia de estas dos situaciones puede mejorar la empleabilidad y contribuir al desarrollo de la zona. “Para asegurar el futuro de Sakana es necesario alimentar la industria. Hay que utilizar los recursos formativos de cara a mejorar la competitividad de las empresas y sobre todo, para tener una estabilidad en la industria de la zona”, aegura Odei Arregi, técnico de industria y servicios de la Agencia de Desarrollo de Sakana.

Lo cierto es que las mujeres presentan mayor tasa de desempleo porque la mayoría de las ofertas que se gestionan en la Agencia de Empleo de Altsasu requieren una formación relacionada con aspectos técnicos como mecanizado, soldadura e ingenierías, según destaca su responsable, Miguel Ángel Jorge.La FP da unos índices de inserción laboral cercanos al 100%”, observa.

La oferta formativa de este centro está enfocada al sector industrial y servicios. “Está alineada con el Plan Estratégico de Sakana y la demanda laboral del valle”, apunta Sonia López, profesora del CIP FP Sakana, quién anima a romper estereotipos y formarse en estos ciclos de gran demanda laboral. Por un lado, se ofrecen cuatro de grado medio: soldadura y calderería; mantenimiento electromecánico; atención a personas en situación de dependencia y por último microinformática y redes, novedad el próximo curso. En relación a los ciclos formativos de grado superior, son dos, mecatrónica industrial y programación de la producción en fabricación mecánica. La oferta se completa con enseñanzas especiales, de técnico y técnica deportivo en media montaña y escalada así como FP básica de servicios comerciales.

“Nos llegan perfiles femeninos pero no están suficientemente cualificados. Los procesos están más automatizados y requieren otro tipo de formación”, apunta Olatz Millán, técnica de recursos humanos de Ibérica de Suspensiones. Al respecto, señala la dificultad de cumplir los planes de igualdad en la empresa y destaca el trabajo que realizan las mujeres. “Cómo se sienten en la obligación constante de tener que demostrar frente a sus compañeros que es lo que valen, suelen ser muy meticulosas en su trabajo”, abunda.

INVITACIÓN A ROMPER ESTEREOTIPOS

“El trabajo de un cuidador va con la personalidad, no con el género”, afirma Kai Karasatorre, ex alumno del CIP FP Sakana que trabaja en la Residencia Aita Barandiaran. “Es un trabajo muy bonito. Cuando acabo la jornada laboral siento que he ayudado a alguien”, destaca. También invita a no ponerse barreras Yurena Arizaga, quien después de cursar un grado medio de mecanizado, realizó el ciclo superior de mantenimiento de equipo industrial y programación de la producción en fabricación mecánica. “Desde 2014 no me ha faltado trabajo y me siento orgullosa. Ahora no se requieren gran esfuerzos físicos y las mujeres podemos realizar el mismo trabajo que los hombres”, señaló, al tiempo que lamentaba “Todavía hay empresas que se resisten a cumplir el plan de igualdad”.

Lo cierto es que los cambios tecnológicos experimentados en el sector industrial junto con la implantación de los planes de igualdad en las empresas son dos factores que pueden facilitar el acceso y la inclusión de las mujeres en las empresas de la zona. Pero se necesitan perfiles cualificados.