Si bien el alumnado de Arbizuko Herri Eskola estrenó la nueva escuela en el curso 2019-2020, la pandemia obligó a retrasar la inauguración. Se celebró el sábado con una jornada festiva. Y es que en un camino lleno de obstáculos pero también de alegrías, la nueva escuela de Arbizu es una realidad, un sueño de muchas personas que la han hecho posible, según destacó su directora, Ainara Martín. Lo cierto es que esta escuela, con 13 alumnos y alumnas, estuvo a punto desaparecer hace unos años. En la actualidad son 118 escolares, de entre 3 y 12 años.

“En septiembre de 2019, todavía sin acabar las obras, entró un tercio del alumnado. Con el paso de los meses ocupamos todo el edificio, pero llegó la pandemia, y se tuvo que cerrar la escuela”, recordó la directora en un acto lleno de agradecimiento a todas las personas que de diferente manera les han acompañado en ese camino. Así, tuvo palabras para aquellas que estaban desde el principio, como Aitor Etxarte, fallecido hace año y medio, y para el Ayuntamiento de Arbizu, al principio con Miren Mendinueta al frente, después con Karmele Marañón y en la actualidad, Rubio Razkin.

En la larga lista de agradecimientos también participó Miren Inda, secretaria del centro, que recordó la ayuda recibida desde el Departamento de Educación, y en especial de Eneko Araiz. “Tuviste el coraje y la valentía de cambiar la visión educativa dentro del Departamento y gracia a ti pasamos de la idea de unos pasillos largos con aulas cerradas a los lados, a plaza, talleres y aulas abiertas, dándole transparencia y sentido de comunidad al espacio escolar que habitamos”, señaló.

Cómo no podía ser de otra manera, el alumnado es el otro pilar de la escuela y en su nombre, tomaron la palabra alumnas de la primera promoción de la escuela nueva y escolares de ahora. Otro pilar son los padres y madres, muy implicadas con la escuela, según destacó la directora, que recordó los diferentes auzolanes realizados para llevar a cabo mejoras, la apyma de antes y de ahora, que organizó las celebraciones de ayer, a quienes agradecieron “su confianza y valentía”.

En la inauguración no faltó un aurresku, auzate, ni herri kirolak, con una demostración de Aratz y Enara Beltza, de 8 y 4 años, con el hacha, con su padre, el aizkolari Goizeder Beltza. La fiesta continuó en la plaza de Arbizu con castillos hinchables, mañana y tarde, comida popular con cerca de 200 comensales y bailables.

Un edificio eficiente de consumo casi nulo

Con un presupuesto de 3,1 millones de euros, la nueva escuela de Arbizu es un edificio de consumo casi nulo y con una distribución de los espacios y equipamiento para la implantación de nuevas metodologías activas. Y es que el modelo de construcción responde a los estándares passivhaus, es decir, edificios con gran aislamiento térmico, control de infiltraciones y aprovechamiento de la energía solar para una mejor aclimatación con el objetivo de reducir el consumo energético. Lo cierto es que este centro es referente de construcciones responsables. Se levanta sobre una parcela de 3.299,27 euros y cuenta con nueve unidades además de servicio de comedor y cocina.

En la escuela de Arbizu se desarrolla el proyecto pedagógico Dumas, creado por un grupo de trabajo formado por profesionales de los diferentes centros educativos de Sakana, y que pretende dar cabida a Los 100 lenguajes del Niño, de Loris Malaguzzi, maestro y pedagogo italiano (1929-1994), defensor de escuchar y recoger la cultura de la infancia, transformar el rol del adulto, la documentación y de la evaluación inclusiva entre otras cuestiones