La Estrategia y Modelo de Ocupación del Territorio que aprobó el Ayuntamiento de Tudela (con votos de Navarra Suma y PSN) esta semana contaba con muchos proyectos a futuro que se habían detenido hace más de una década, ante la imposibilidad de saber cómo se desarrollaría la estación de Tudela del TAP. Algunos de los proyectos de desarrollo de la ciudad se han mantenido y uno de ellos es la construcción de una variante Norte que una el cruce de la carretera de Ejea en la NA-134 y NA-125 con la A-68 cerca de la Ciudad Agroalimentaria para lo que se necesitaría construir un tercer puente.

Aquel proyecto ya tuvo entonces la oposición de colectivos como Ecologistas en Acción pero también de arquitectos y propietarios de inmobiliarias de la ciudad. En ambos casos se criticaba el “impacto ambiental inasumible” y la “escasa justificación de su construcción”, si bien sus alegaciones no se admitieron y la idea continuó incluso con el tripartito.

Según se señala en el documento de la EMOT, “la ausencia de una conexión viaria por el norte del núcleo urbano , provoca un aumento de la circulación rodada por el casco histórico. El III Plan Director de Carreteras 2010-2018 de Gobierno de Navarra preveía como una de sus actuaciones la redacción de un Estudio Informativo analizando alternativas para cerrar un anillo de circunvalación uniendo las actuales variantes Suroeste y Sureste ya ejecutadas, aunque hasta la fecha no se ha llevado a cabo”.

El colectivo de Ecologistas en Acción criticó duramente el proyecto de un tercer puente sobre el Ebro en Tudela para completar la variante que plantea la EMOT y señaló que generaría un “impacto ambiental inasumible”. Dentro de las alegaciones que se presentaron se señalaba que esta nueva vía “no tiene una clara justificación ya que la única motivación es rodear la ciudad. Con la ejecución de la Variante Este están resueltas todas las conexiones sin necesidad alguna de atravesar el casco urbano. No es necesaria la ejecución de una nueva carretera atravesando el río, huertas y montes con el único pretexto de ahorrar un poco de tiempo”. Además añadían que las afecciones ambientales serían “inasumibles, por los valores naturales de los terrenos y de los sotos del Ebro que atravesarían”. De las alternativas que se dan se señala que la primera “afectaría a La Mejana, cuya preservación debería tenerse en cuenta” y la segunda “afectaría a los Sotos de Traslapuente y el objetivo de los espacios naturales protegidos es su preservación y mejora”.

Por otra parte, un grupo formado por 18 técnicos tudelanos relacionados con el urbanismo (arquitectos y aparejadores) así como cinco promotores inmobiliarios presentaron también alegaciones a esta vía. En opinión de arquitectos y promotores, con la variante Este y la N-232 están ya resueltas todas las conexiones sin necesidad de atravesar el casco urbano y manifestaban su preocupación porque el nuevo puente necesario para esta vía “puede conllevar un impacto ambiental que no tiene proporción con su coste ni con el beneficio social que aporta”. Por este motivo aportaban por que el coste de esta obra “se destine a otras más necesarias como el soterramiento de las vías o la eliminación de su paso por el centro de la ciudad” .

La EMOT de 2019 señalaba que “no resulta necesaria ni determinante para el futuro inmediato y previsible de Tudela, y su ejecución se revela tanto más improbable en el marco de un modelo urbano como el propugnado en que no se contempla desarrollo residencial alguno”, y se avanzaba su posible trazado ya que aparecía recogida en el Plan Director de Carreteras.