Después de 150 años desde su fallecimiento (1870), más de un siglo desde que fue trasladado desde Madrid a Tudela (1921) y 58 años desde que se abriera por primera vez su ataúd, se ha confirmado que los restos del insigne músico Joaquín Gaztambide y Garbayo que se pensaba que estaban en Tudela no son de él sino de una mujer de la que, al mismo tiempo, se desconoce su identidad. La famosa leyenda de unos zapatos de tacón rojo que había en el ataúd de Gaztambide se ha confirmado y no ha hecho falta ni tomar muestra de ADN al bisnieto, Joaquiín Gaztambide, para cotejarlas. El cuerpo que esta mañana se ha visto al abrir el féretro de latón negro, muy adornado y rícamente trabajado, con motivos vegetales, un crucifijo en la tapa y una venta de cristal a la altura de la cabeza, estaba momificado por lo que mantenía algunas órganos (como la vulva) a la vez que había restos de su vestido bajo una sábana blanca que lo cubría.

El antropólogo Francisco Etxeberría, de Aranzadi, ha sido el encargado de realizar el examen a los restos. Para ello se ha vaciado un nicho que era propiedad de la familia Garbayo y donde se han encontrado dos ataúdes grandes y dos cajas pequeñas de madera con restos. El otro ataúd, ricamente decorado y colorido, contenía los restos de un alto cargo eclesiástico (canónigo) y las cajas de una mujer y de un niño pequeño. En la otra caja, de latón negro, se pensaba que iban a estar los restos, pero la evidencia de que era una mujer era tal que no ha hecho falta ni tomar muestras al familiar presente también en el cementerio.

Extracción del féretro para analizar si los restos son los de Joaquín Gaztambide

Los operarios del cementerio extraen el féreto del nicho. Fermín Pérez-Nievas

Según ha explicado el alcalde, Alejandro Toquero “se ha confirmado y los restos del insigne músico tudelano están oficialmente desaparecidos. Es un momento histórico para Tudela. Tenemos una deuda pendiente con Gaztambide y su figura. Había una duda razonable de que los restos de Joaquín Gaztambide no estuvieran en el cementerio de Tudela y solo se puede decir que Joaquín Gaztambide no está donde creíamos que estaba. Hemos abierto el ataúd y ha salido una mujer con tacones, por lo tanto, aquello que en 1955 se dijo es cierto. Era una de las posibilidades. Estaba esperanzado de que Gaztambide estuviera en Tudela y pudiéramos hacerle un mausoleo en condiciones en su ciudad. En cuanto han abierto la caja lo hemos visto todos. Se ha visto una vulva, por lo tanto es una mujer al 100%. Se han abierto también el resto de ataúdes que estaban en el nicho. Había un canónigo, vestido de la época con unos papeles. Todo eso se ha constatado con lo que aparecía en el archivo”.

Toquero ha afirmado que la búsqueda a partir de ahora va a ser mucho más difícil y que se va a dirigir, en primer término, hacia la capilla de los Garbayo en el cementerio de Tudela, donde estuvo durante 20 años (de 1921 a 1941), para ver si se encuentra. El problema es que no se sabe dónde desapareció, si en el cementerio Patriarcal (donde estaba en una capilla casi derruida entre 1870 y 1921), en la Almudena (donde estuvo varios meses hasta que el Ayuntamiento de Tudela lo recogió), en el traslado o en la capilla de los Garbayo (familia materna del músico) donde se le instaló en marzo de 1921.

El féretro abierto este martes en Tudela, de zinc y con un cristal pequeño, como el que llegó en 1921 y se abrió en diciembre de 1955. Fermín Pérez-Nievas

Toquero y el bisnieto de Gaztambide, Joaquín Gaztambide, observan el ataúd donde se pensaba que iba a estar Fermín Pérez-Nievas

“Va a ser muy complicado, ha sido una decepción”, ha anunciado ya el alcalde. La archivera municipal, Beatriz Pérez ha afirmado que “continuaremos, iremos hacia atrás a ver si conseguimos localizar y donde estuvo el error. Miraremos hacia la capilla de Garbayo y luego en Madrid cuando se trasladaron a la Almudena. Si tenemos que ir a Madrid se va a complicar mucho”.

Por su parte Joaquín Gaztambide, el bisnieto, que había venido desde Málaga, se mostró muy agradecido con Tudela “por promover este trabajo de investigación que históricamente es muy interesante y hacía falta llevarlo a cabo. No ha habido suerte en este primer intento y es verdad que venía con esperanza. Es como una montaña ruda y al ver la caja nos hemos ilusionado porque es del estilo al año en que se hizo el traslado, pero en algún momento hubo un traspiés”. Gaztambide ha recordado que los años de su muerte y traslado fueron años convulsos en España y añadió que en su familia “siempre ha tenido inquietud por este tema, no solo por el enterramiento sino por su biografía. Fue un precursor del género chico español y fue uno de los primeros en promover la zarzuela, que quería competir con la ópera italiana. Murió a los 48 años con una producción muy grande 150 zarzuelas y sonatas y un montón de obras. Un gran trabajador que fomentó la construcción del teatro la Zarzuela y un importante director de orquesta del siglo XIX”.

El enigma de Joaquín Gaztambide sigue, por lo tanto, abierto.