“Estoy muy bien, ¡me han tenido que despertar!”, decía esta mañana India Moleón a las 7.00 ante las cámaras de televisión. La frase, que, podría parecer que no tiene ninguna importancia, revela todo sobre cómo ha sido la ceremonia de la Bajada el Ángel este 2025 protagonizada por esta pequeña tudelana de 7 años de edad, con tanta entereza y tranquilidad como apariencia de fragilidad. Su mirada y su constante sonrisa durante la trascendental ceremonia del vestido parecía estar comunicando a sus padres (Adrián Moleón y Roxana Alcalá), a las decenas de personas que le observaban y a las cámaras un “tranquilos, domino la escena, sé lo que tengo entre manos, sé de la importancia de la ceremonia, pero voy a disfrutar”. Y así ha sido.

EN LA PLAZA DESDE 1851

Durante los apenas cinco minutos que separan la apertura de las puertas del cielo, hasta su recogida, India ha derrochado sonrisas, tranquilidad, saludos y una mirada que infundía sosiego incluso a su madre y su hermana África, que al pie de la Virgen miraban atónitas la entereza de la pequeña. Los más de 360 años de historia no han pesado en sus pequeñas espaldas. Ella ha salido a la plaza de Los Fueros a disfrutar a más de 10 metros de altura donde las cámaras no le podían molestar, donde los saludos de los desconocidos no le agobiaban, donde India, una niña de 7 años que hace boxeo y defensa personal, era ella de verdad, y eso es lo que transmitía su mirada.

Miguel Ángel Vallejo, Ana María Arregui, Goyo Terren, Pachi Gambra, Zoraida Hoyos, Ana Vallejo y Alicia Navarro no se han asombrado tanto de sus cualidades porque las conocían desde que el año pasado fue elegida y pasó a ser suplente, pero este año 2025, era su año e India lo sabía. Nadie conocía el dato, pero tal día como hoy, un 20 de abril pero de 1851, el Ángel pasó a celebrarse en la plaza de Los Fueros y, de esa manera, se separó para siempre del Volatín para lucir en solitario en todo su esplendor en la mejor salón de la ciudad. Seguramente no podía haber habido mejor protagonista para cumplir este aniversario.

India Moleón, durante la preparación como 'ángel' Fermín Pérez-Nievas

COMIENZAN A VESTIRLA

“Es el momento de que cualquier cosa que te moleste nos lo digas”, apuntaba Alicia Navarro a India, que con el jubón y los pololos ya estaba preparada para iniciar la labor del vestido. Ante ella, en el pequeño salón de la familia Vallejo-Arregui, los ojos de Emma Madorrán (Ángel 2026) y de otros y otras ángeles comenzaban a clavarse en la pequeña figura de India, pero a ella ya no le pesaban, era el día que había estado esperando desde que en enero de 2024 la nombraron suplente. Cerca de ella, sin perder un segundo de este momento histórico, su hermana mayor, África, observaba también, atrapada por los nervios que le faltan a su hermana, por su cariño y por la preocupación de saber lo que está en juego.

La indumentaria se va completando, la camiseta, el corsé que le sujetará a la nube y a la maroma, el jubón dorado y los zapatos que, de repente, los que le habían preparado le están demasiado grandes, “¡por zapatos va a ser!”, dice Ana María y han sacado dos o tres pares diferentes dorados. En esta casa todo está preparado y nada se deja al azar, para que la ceremonia sea, como cada año, el verdadero corazón de la Semana Santa tudelana.

Ya solo quedaba la colocación de la corona y el peinado, una de las cosas fundamentales, puesto que la corona ha de estar lo suficientemente fija para que no se caiga, pero suelta para que no moleste a los protagonistas de la ceremonia, y lo mismo sucede con el pelo.

India Moleón, antes de llegar a la plaza Fermín Pérez-Nievas

MAR DE LA TRANQUILIDAD

Lo que otros años eran nervios y prisas, la mirada y la sonrisa de India lo habían transformado en tranquilidad y calma. El espíritu de la pequeña había llenado a todos, hasta el punto de que Ana Mari le ha dado un fajo de Aleluyas a India para que los lanzara y llenara el cuarto de estar de papeles, los mismos que luego, cuando estaba en el aire, ha arrojado. “Esta niña echa superbien las aleluyas”, y acto seguido, como si fueran cromos del FIFA los ha arrojado sobre la alfombra y sobre todos los presentes.

La parte de la ceremonia más íntima y desconocida, tocaba a su fin, “¿Bichi, te aprieta algo?, ahora es el momento”, le preguntaba su madre, mientras su padre se centraba en aspectos más prácticos, “cuando me enteré que la ceremonia tenía más de 300 años pensé, ¡el mosquetón y la maroma se habrán renovado en algún momento!, ¿no?”, apuntaba entre una sonrisa contenida y cierta preocupación.

Abajo, en la avenida de Zaragoza se agolpaban decenas de personas entre padres de antiguos ángeles, ángeles y curiosos que han realizado con India el paseillo hasta la plaza de Los Fueros, “mira esa niña es la que hace de Ángel”, decían a sus espaldas cuando pasaba. Ya en la Casa del Reloj ha salido al balcón y, como no, lo primero que ha hecho ha sido saludar a su madre y a Vallejo y a Arregui que le observaban desde la plaza, justo en el lugar donde se coloca la Virgen. Se han abierto las puertas del cielo a las 9.15, ha sonado la Marcha Real y aparecido India, se ha santiguado tres veces, lanzado decenas aleluyas y ha comenzado a volar y a saludar.

Su sonrisa a 10 metros de altura ha llenado la plaza mientras iba avanzando hacia la Virgen. Cuando la ha alcanzado y retirado el velo ha lanzado el tradicional grito, “¡Alégrate, María, porque tu hijo, ha resucitado!”. El beso entre madre e hija cuando ha bajado de la Casa del Reloj ha sellado la tranquilidad de la familia.

Un año más, la tradición avanza, 2025 será para siempre el año de India Moleón y también, quizás, el del Ángel más tranquilo y el de la sonrisa más amplia.