Pamplona finalizó este 14 de julio sus "No Sanfermines", tras nueve días atípicos e insólitos por la ausencia de unas fiestas que los hosteleros de la capital navarra recordarán como "terribles" y "traumáticos" para sus negocios.Esos son los adjetivos con los que el secretario de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra, Nacho Calvo, define en una entrevista con Efe el sentir de un sector que, en esta ocasión, ha facturado un 90 % menos q ue en los Sanfermines del 2019.

Por ese motivo, Calvo asegura que ver pasar las fiestas de una forma tan triste ha supuesto "un mazazo muy duro", aunque celebra la responsabilidad con la que ha actuado tanto la ciudadanía como los hosteleros en general.

"Si llegan a venir todos los turistas que acuden a San Fermín habitualmente, podía haber habido muchos más rebrotes", añade Calvo, que considera que la situación "se ha controlado bastante bien".

Aunque afirma que las aclamadas fiestas "cada vez van a menos y eso se nota muchísimo", porque antes su influencia llegaba a llenar ciudades como Estella, a 44 kilómetros, mientras que ahora "no llena ni los hoteles del extrarradio", con lo cual, en el cómputo global, solo incluye a un 10 % de la hostelería navarra.

Por otro lado, se alegra de que este año no hayan podido abrir los que define como "negocios express", que se instalan en Pamplona de forma esporádica durante los Sanfermines. "Los rechazamos total y absolutamente, no aportan nada a la ciudad, ni empleo ni puestos en Navarra", dice tajante el secretario de los hosteleros navarros.

Sin embargo, se muestra apenado por aquellas familias que "viven todo el año de un bar o un restaurante en el Casco Antiguo con 10, 15 o 30 empleados", los cuales están en ERTE y algunos hasta "sin cobrar".

El hecho de estar tantos meses cerrados por la pandemia, unido a la cancelación de unas fiestas que en muchos casos aportaban entre el 15 y el 20 % de los beneficios anuales de los negocios, a juicio de Calvo, deja cada vez "menos margen de supervivencia en las empresas" y, por tanto, de los empleos.

Por esta razón, Calvo manifiesta la necesidad de seguir las medidas de seguridad y de protección necesarias para evitar nuevos rebrotes en la Comunidad Foral y de "inculcar a los jóvenes en los hogares" más responsabilidad, respeto y conciencia, como el que sí está demostrando la gente mayor.

En este sentido, Calvo asevera que, desde que abrieron las terrazas el 11 de mayo, "no ha habido ningún contagio o rebrote derivado del consumo de la hostelería" a excepción del originado a raíz de una boda en Tudela, que considera que fue fruto de una "reunión familiar" y que por el momento no ha aumentado.

Calvo confía en que la medida que decretará el uso obligatorio de la mascarilla desde el viernes ayude a reforzar la seguridad en las terrazas, sobre las que manifiesta su descontento por el hecho de que el aforo reducido, junto a las distancias de seguridad entre mesas, limite la venta a un 50 % en muchos casos.

También espera que produzca un cambio en la manera de actuar y a la hora de consumir: "Lo lógico es que cuando estamos en una terraza y hemos acabado la consumición, nos pongamos la mascarilla y cuando entremos a un bar a hacer el pedido, también".

El sector ahora pone su foco en la "promoción turística" e invita a la clientela, al turista, a disfrutar de los rincones y monumentos de la capital navarra, así como de su gastronomía con iniciativas como la campaña "Cómete Pamplona", que ofrece al visitante alojamiento, visitas guiadas y consumo en restaurantes a "precio razonable".

Los hosteleros pamploneses ya cuentan los días para que llegue el 6 de julio de 2021, puedan celebrarse de nuevo los Sanfermines y repunten sus establecimientos.

"Si seguimos con esa responsabilidad, podremos continuar en el tiempo aunque sea de mala manera. Si continúa un año más, sería una auténtica locura", concluye Calvo.