Síguenos en redes sociales:

OBITUARIO

Gero arte, gran Manu

Gero arte, gran ManuUnai Beroiz

En este ratico que pasamos por aquí nos cruzamos con un puñado de congéneres a los que quisiéramos parecernos por cómo son. Manu Arangoa fue uno de ellos hasta el final porque su sola presencia adecentaba los lugares y momentos por los que transitaba. No es que Manu fuera una persona buena, buenísima; es que nos hacía mejores a los demás y además sin pretenderlo. Siendo sencillamente él. Y de Leitza.

Nunca había límites en la conversación, ni en temas a abordar ni mucho menos en duración. Lector empedernido de prensa colorada, manejaba el argumentario de fino analista aunque siempre quería saber más con su tendencia a los consensos, en la vida y en la política. Despachaba tolerancia e ironía a partes iguales y por eso era un gusto departir con él, mejor con un buen trago que compartir en vaso de sidra.

Defensor a ultranza de la enseñanza pública, en congruencia con su reseñable ejecutoria como director de Elorri en Mendillorri, Manu ofició como propagandista del euskera y de la cultura vasca siempre con una impronta inclusiva. Como supo integrar en su tiempo de ocio su condición de txirrindulari y rastreador de setas con el seguimiento de su Real Sociedad (compartíamos devoción por López Ufarte) y del mundo pelotazale, en particular de los astros leitzarras. Todo revestido de su amor por Silvia y su pasión de aita por Malen, las dos mujeres que protagonizaron su feliz existencia.

Se nos queda un agujero en el alma a todos cuantos le tratamos pero el recuerdo de su sonrisa nos acompañará para los restos. Agur, gran Manu, a Silvia y Malentxu nunca les faltará de nada. Gero arte, lagun; muxu handi bat, soletes.