Desde 1943 hay varias versiones cinematográficas del atentado del Reichsführer Reinhard Heydrich, mano derecha de Hitler en el protectorado de Bohemia y Moravia-Checoslovaquia durante la Segunda Guerra Mundial. Esta versión de 1975 (Prime) es la mejor con diferencia, demostrándolo en el Cine de entonces, ese de ir a ver, con su largo mantenimiento en cartelera, incluso con los cortes de la censura española. Hoy, afortunadamente, la tenemos completa y con Alta Definición visual.

Si hace poco tiempo comentaba la magistral Johnny cogió su fusil (1971), esta es su antagonista: resalta los valores marciales, militares y la guerra de comando y guerrilla, repitiendo el joven actor Timothy Bottoms con otros intérpretes menos conocidos salvo el malo rubio de casi siempre, Anton Driffing, que aquí está soberbio sobreinterpretando al dirigente nazi.

Salvando las distancias propagandísticas (que las hay, no muchas), es un film estupendamente construido, narrado y ambientado por el británico Lewis Gilbert (Alfie. 1966). No parece que se nombre el pueblo represaliado y destruido que hoy en día aparece en calles, plazas, otros pueblos y hasta en nombres de mujer como Lídice.

El suspense está presente en gran parte de la acción, respetando en lo posible los hechos históricos y manteniendo al espectador unido al relato. Hay escenas impresionantes como el desfile y cortejo fúnebre de los funerales de Heydrich en el puente sobre el rio Moldava, ofreciéndonos toda una lección de cómo se deben rodar los exteriores. Sin duda, uno de los mejores films bélicos e injustamente olvidado.