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Palomitas con...

"El coleccionista": el álbum incompleto

"El coleccionista": el álbum incompleto

William Wyler probó fortuna en Inglaterra con un Natural British Stage, aunque la producción se llevaría a cabo entre EE.UU y el Reino Unido. La apuesta se consumó como una obra redonda, un thriller psicológico maestro. Tuvo tres candidaturas a los Oscar en las categorías de Mejor Director, Mejor Actriz (Samantha Eggar) y Mejor Guión Adaptado.

La película, de 1965, es la adaptación de la novela John Fowles con actores entonces desconocidos como Terence Stamp, la citada Eggar, Mona Washbourne o Maurice Dallimore y consigue envolver al espectador desde el primer momento en una batalla mental con un tema arduo y delicado. A pesar de ello, no agobia ni angustia y no hiere, su gran fortaleza se basa en la miga que supone para la psiquiatría porque analiza, ahonda y comparte reflexiones sobre las relaciones humanas basadas en la confianza y el control (Puedes apropiarte de la belleza, siempre que ésta no se apropie antes de ti).

 La película es de una urbanidad exquisita, casi enfermiza, por momentos victoriana y dibuja un constante psicoanálisis y la anatomía de la mente humana de los personajes minuto a minuto, y entre ellos, el espectador pegado al asiento, embebido en el relato con sus variantes que no producen fugas de atención.

La magnífica dirección, un guion que no hace añorar a la novela homónima, junto a una excelente fotografía con sentido del color, lleva a El coleccionista (Filmin) a ser una de las cumbres de Wyler (Ben-Hur, Vacaciones en Roma, Los mejores años de nuestra vida) y, por si fuera poco, fuera de su país. Ofrecer más datos del film sería superfluo. Para los que no la conozcan es imprescindible; también para los revisores y degustar así de nuevo un cine sobresaliente.