UPN sabía que la propuesta iba a ser aprobada, así que en vez de oponerse optó por la abstención. Efectivamente, el Pleno del Parlamento foral del 25 de marzo de 2011 por mayoría absoluta aprobó instar al Gobierno foral para que, de forma inmediata, procediera a retirar la laureada que ostenta el escudo de Navarra existente en la fachada principal de la Diputación, en cumplimiento de lo dispuesto en la Ley Foral 24/2003 de cuya promulgación ya habían transcurrido ocho años.
El proponente, Koldo Amezketa, leyó el decreto de concesión por parte de Franco de esta distinción, en el que se hace una autentica apología del terror que supuso la sublevación contra un Gobierno legítimo y que en Navarra, en donde no hubo frente de guerra, causó unos 3.500 asesinados muchos de los cuales todavía siguen enterrados en cunetas o lugares desconocidos. Y es que la laureada fue concedida, con obligación de incluirla en sus escudos, por la participación y "como recuerdo a las gestas heroicas de Navarra en el Movimiento Nacional y homenaje a quien tan reciamente atesora las virtudes de la raza".
Se hizo mención a la fractura que supuso en la sociedad navarra la victoria militar y a la necesaria reconciliación y reconocimiento, lo que parecía ser intención de la Ley antes citada de 2003 y que exigía la retirada y sustitución de la simbología propia del régimen franquista antes de un año. Se preguntó si alguien se imaginaba a la sede de la chancillería alemana presidida por una cruz gamada o al Palacio de la Moncloa con el escudo de España con el águila, el yugo y las flechas.
El DIARIO DE NOTICIAS de 27 de marzo de 2012 publicaba un escrito del señor Amezketa en el que comentaba haberse interesado en sede parlamentaria y por escrito del 8 de febrero dirigido a la presidenta Yolanda Barcina por la retirada del citado símbolo franquista, la cual no se dignó a responder directamente. A mayor abundamiento, el Pleno del Parlamento del 13 de diciembre de 2013, también esta vez por mayoría absoluta pero con los votos en contra de UPN y PP, volvió a exigir al Gobierno la retirada de la laureada del escudo de la fachada del palacio foral, dándole el plazo de dos meses para su cumplimiento; igualmente exigió que en el plazo de tres meses elaborara un catálogo de los símbolos franquistas aún existentes en Navarra. Ninguno de estos acuerdos han sido cumplidos al día de la fecha por el gobierno minoritario de UPN presidido por Yolanda Barcina.
Y es que, no nos engañemos, en la autoritaria y pícara Barcina, en palabras de un buen escritor navarro, así como en buena parte de la derecha de esta tierra, sociológicamente pervive el franquismo más puro, por mucho que hagan mención a la democracia y al estado de derecho, que se pasan por donde les parece cuando les apetece, haciendo bueno el dicho de dime de qué presumes y te diré de qué careces.
Estos días se ha procedido a retirar la última laureada existente en Tudela "diez años después de la entrada en vigor de la Ley de Símbolos" según DIARIO DE NOTICIAS del 7 de este mes. En Pamplona todavía, por lo menos, existen dos: una en el monumento a Gayarre, en la Taconera y la otra, como una auténtica apología chulesca del terrorismo franquista, presidiendo la fachada del Palacio de Navarra.