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A la contra

Democracia con trampas

uando voto a un partido, por ejemplo en Navarra, asumo que si voto a uno con pocos votos igual no llegan al 3% que se necesita para entrar en el Parlamento, asumo que igual sí llegan pero no sacan muchos parlamentarios y por tanto tienen menos opciones de liderar un gobierno o siquiera de entrar en él, asumo que como tienen menos parlamentarios reciben menos asignación económica para asesores, estructura, etc, asumo que por tanto igual entre 1 o 2 o 3 van a tener que trabajar como dos o tres veces más que un parlamentario de un partido con 8, 10 o 20 escaños. Eso lo asumo. Lo que no asumo -y es despótico y demuestra la idea de democracia de quien lo plantea- es que, como pretende Navarra Suma, además se les recorte el tiempo de sus intervenciones y que este tiempo vaya en función de los votos obtenidos, como si el voto de quienes votan a los partidos más votados mereciese más atención y eco que el de los que votan a los partidos con menos votos. Ya hay legislación -muy revisable- que hace que Navarra Suma pueda presentar 4 mociones al mes mientras Podemos o I-E solo una, así como en relación a interpelaciones, preguntas, etc. Pues ahora quieren una vuelta de tuerca y abogan por invisibilizar un poco más a estos grupos, básicos porque recogen el sentir de miles y miles de navarros y además porque suponen una pata en la que se apoya este gobierno. Navarra Suma estaría encantado de que ambos volasen del hemiciclo, que sus votos quedasen en el limbo de debajo del 3% reglamentario que da derecho a escaño -otra barbaridad, por cierto- y por eso el resto deben ser muy claros. Hace ya unos años el PSN quiso elevar ese 3% al 5%, ahora Navarra Suma quiere que hablen apenas para dar los buenos días. Es la democracia entendida por el chulito del patio, que quiere el balón, elegir equipos, en qué puerta ataca y por supuesto jugar 8 contra 2. Demócratas de pega.