omo una de las causas de su proliferación, hablamos del incremento de temperatura por el cambio climático. En este fenómeno hay unas componentes indudables debidas a la actividad del ser humano. Además, y es una realidad, no estamos dispuestos a renunciar a "nuestro bienestar consumista", pues los desastres los seguimos viendo, en su mayoría, a través de los medios de información, en una distancia que cada vez se nos acerca más y no queremos verlo.

Tampoco se puede negar la imprudencia/desidia de no contemplar la prevención necesaria. Ni tampoco se puede negar que existen ¿personas? que parece atraerles el espectáculo del fuego (o con intereses económicos en la sombra, instigadores), sin importarles lo más mínimo el desastre que provocan y la angustia de quienes lo sufren de modo directo (junto con su desesperación) e indirecto. Así mismo, respecto a los que se juegan la vida en acabar con su nefasta obra. Indican que sobre un 80% de los incendios son provocados. No sé a cuántos de estos tarados pillan finalmente y, sobre todo, no observo informaciones respecto a qué penas tienen que hacer frente, ni si las cumplen. Seguramente, su desafección social y ausencia de todo respeto por nuestras normas de convivencia y patrimonio se ven premiadas por nuestras leyes, que les van a permitir ser defendidos y obtener todos los beneficios/eximentes que puedan ser posibles. Así como presentarse como insolventes para no enfrentar responsabilidades económicas. Algo habrá que cambiar.

Pero tenemos nuestra propia responsabilidad social a pie de calle. Y no solo por vertidos indiscriminados (somos muy guarros). Creamos otras condiciones idóneas para que nuestro entorno vegetal disponga de una carga de fuego mortífera. Si uno se da una vuelta por cualquier sitio, en cualquier lugar, verá una ingente cantidad de arbustos, brozas y ramajes secos no retirados. Sobre todo tras el paso de labores de tala, con una profusa acumulación de ramas "que no se retiran por no ser rentable el hacerlo, y no estar esa acción integrada y exigida en los pliegos correspondientes". Restos que crean la posibilidad de una potencia de fuego muy elevada, de fácil prendimiento y expansión acelerada ante el más mínimo inicio de llama. Me gustaría que alguien me explicase el concepto de rentabilidad ante la contemplación del paisaje tras un incendio. Tenemos posibilidad de legislar para evitar esas acumulaciones de restos, y (al margen de volver a ramonear con rebaños) tenemos medios humanos y recursos suficientes para hacer frente a unas limpiezas continuas de nuestro entorno. Hay una gran población en paro, sin ingresos, a la que se podía dar trabajo, con el sueldo debido, mientras consiguen entrar en otro mercado laboral al que sigan pudiendo acceder. Hay una población reclusa que puede ganarse su manutención (pirómanos en vanguardia). Así mismo, toda la población subsidiada a través de un cobro sin contraprestación alguna, con el sueldo legal y justo que deba corresponder a cambio de ese trabajo. En todos los casos, los que por razones físicas u otras no pudiesen ejercitar ese trabajo directo, pueden hacer otros múltiples, de apoyo, que pueden realizarse. Trabajo del cual existe necesidad en toda entidad municipal de nuestro país. Ya sé que requeriría mucha gestión de logística y control, pero no es imposible. ¿Presupuestos viables? Reduzcan puestos políticos (directos y anexos), así como organismos y pesebres innecesarios creados para contentar. Da para mucho. También para potenciar otras necesidades recortadas, vitales, como la sanitaria, que debe incrementar sus plantillas y recursos antes de que genere otro tipo de incendio. El social.