on motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, el Foro Social reclama de nuevo una Comisión de la Verdad, apoyada por las instituciones, para tratar, entre otros, los casos de las personas desaparecidas durante las violencias que ha sufrido este país los últimos 55 años. En concreto, el Foro Social insiste en la necesidad de verdad y reparación, y demanda profundizar en las investigaciones e informaciones para aclarar el destino del exdirigente de ETA político militar Eduardo Moreno Bergaretxe, Pertur; la de los tres jóvenes gallegos José Humberto Fouz, Jorge García Carneiro y Fernando Quiroga, la de José Miguel Etxeberria, Naparra, la del miembro de Iparretarrak Jean Louis Larre y la de Tomás Hernández. A ellos añaden otras siete personas que desaparecieron y posteriormente fueron localizadas ya muertas. Además, exige que se ofrezcan todas la herramientas necesarias -incluida la desclasificación de documentos protegidos por la Ley de Secretos Oficiales-, para salvar las deficiencias que existen en las investigaciones de la época y poder clarificar el destino final y localización de los cuerpos de estas personas. La Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas entró en vigor en 2010 y su objetivo es evitar las desapariciones forzadas, descubrir la verdad y garantizar que las víctimas o los supervivientes y las familias de las víctimas obtienen justicia y reparación. Estos siete casos están vinculados a la violencia de los últimos 55 años y tienen entre los presuntos responsables a presuntos protagonistas diferentes, desde ETA a los grupos de ultraderecha o la guerra sucia impulsada por el Estado. No son los únicos casos. El Estado español es, tras Camboya, el territorio del mundo con mayor número de personas aún desaparecidas, herencia del genocidio franquista y la posterior represión de 40 años de dictadura. En Navarra, más de 3.200 personas fueron asesinadas y sus cuerpos ocultados en fosas comunes y cunetas. Muchas de las familias han recuperado los restos de sus allegados y han podido adecentar su memoria a la dignidad del recuerdo, pero otros muchos -hay más de 1.000 personas en Navarra cuyos restos aún no han aparecido-, siguen esperando que un verdadero acto de justicia los saque de las cunetas del olvido para descansar en paz cerca de quienes les añoran.