ué harías tú en un ataque preventivo de la URSS?, preguntaba en 1983 el grupo punk madrileño 'Polansky y el ardor'. El momento no era para tomárselo a broma. Aquel año deparó una de las crisis más amenazadoras de la guerra fría y, según hemos conocido con el paso del tiempo, el riesgo de un conflicto nuclear estuvo encima de la mesa de las dos grandes potencias. Una mala decisión hubiera provocado un desastre. En ese contexto, en el mes de noviembre un diario de Madrid publicó que misiles soviéticos apuntaban a España como miembro de la OTAN. La población entró en pánico. Ahora, tras la invasión de Rusia a Ucrania hemos visto también un simulacro de la ensalada de misiles que podrían impactar en Europa en caso de una guerra global. Y cuando suenan tambores de combate, la gente trata de hacer aprovisionamiento. Por lo que pueda pasar. Este fin de semana se ha detectado en supermercados de Pamplona y alrededores la falta de aceite de girasol en las estanterías: los distribuidores están limitando la venta de este producto, proveniente de Ucrania, por el temor al desabastecimiento. Y ante ese anuncio, la ciudadanía responde lanzándose a comprar aunque no lo necesite. La reacción es parecida a lo que ocurrió con el papel higiénico al comienzo de la pandemia. Así que ya tenemos los efectos de la guerra aquí cerca, disparando contra los expositores de aceite, vaciándolos de botellas y garrafas. La preocupación ya ha tenido reflejo en medios y redes sociales. Porque si no hay aceite de girasol, ¿con qué freirías tú..?