a Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como la ley del Solo sí es sí, superó ayer el trámite en el Congreso, con los votos en contra del PP y Vox. La norma, que supone un claro avance en la libertad sexual de las mujeres -y no con el “propósito ideológico de enfrentar sexos” como señaló ayer Abascal-, hace del consentimiento expreso la clave para juzgar los delitos sexuales y garantiza una atención integral a las víctimas. Modifica -como principal medida- el Código Penal para eliminar la distinción entre abuso (desaparece) y agresión sexual para evitar que se repitan sentencias como la de La Manada de Pamplona tras la violación a una joven de 18 años en julio de 2016 en los Sanfermines de Pamplona, que provocaron la indignación de toda la sociedad, con un fuerte impacto a nivel nacional y que apuntalaron el lema “Hermana, yo sí te creo”. Fue el Tribunal Supremo el que elevó en 2019 las penas a 15 años de cárcel por un delito de agresión sexual a los cinco miembros de La Manada. Fue una violación múltiple y no un abuso sexual como pretendieron argumentar la Audiencia de Navarra y al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad foral un año antes. No será necesario por tanto demostrar que la víctima se negó y resistió, ni la intimidación que causaron en ella los agresores, hará falta un consentimiento afirmativo de las relaciones, tal y como lo pide el Convenio de Estambul, y siguiendo el yes model que se aplica ya en otros países. “Solo entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”, dice la norma. El único tipo penal que existirá será el de violencia sexual (violación) lo que obliga a endurecer el Código Penal en una horquilla más amplia de penas. Violencia sexual será agresión, acoso, violación, exhibicionismo, provocación sexual... y también prevé hasta un año de cárcel por difundir fotos o vídeos íntimos sin consentimiento. El nuevo proyecto legislativo ha tenido que recorrer un largo camino (dos años) no exento de dificultades institucionales y presiones políticas. Por el camino se ha dejado de lado por ejemplo las medidas para luchar contra la prostitución. Eso sí considera ilícita la publicidad que contribuya a promover la prostitución y la que utilice estereotipos de género y fomenten o normalicen las violencias sexuales hacia mujeres, niños y adolescentes.