l AVE, alta velocidad español, tiene como primera misión unir y relacionar las tierras de España y no solo debe pensar en las mercancías, sino que su misión primordial fue el tráfico de pasajeros.

La unión a Vitoria a través de la llanura de la Barranca y de la Llanada alavesa sigue la antigua línea a Vitoria, no tiene ningún problema topográfico, no debe, si se hace bien, tener ninguna afección paisajística, es un corredor perfecto proporcionado por la naturaleza, pero lo más importante: nos une a Vitoria, es decir, a la gran línea que atraviesa toda la mitad norte de la península.

En Vitoria nos lleva a Burgos, enlazando con Palencia, y allí con la línea que proviene de Santander y con la línea que va a León y Asturias. Sigue hacia Valladolid enlazando en Medina con la línea de Galicia, que nos enlaza con Zamora, Orense, Pontevedra, Santiago y La Coruña. Sigue hacia Salamanca enlazando con todo el norte de Portugal y Oporto, y por tanto con Lisboa, pues Lisboa opta siempre por la línea de Oporto y Valladolid en sus conexiones con Europa. De Medina sigue a Segovia y Madrid, convirtiéndose así en un segundo enlace con Madrid.

La línea de Vitoria nos enlaza por tanto con Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Madrid y con todo Portugal. Estoy pensando en relaciones de trabajo, familiares, de turismo, de mercancías, y también pienso en los puertos importantísimos de Lisboa, Oporto, Vigo, La Coruña, Ferrol, Gijón y Santander. Enlazar con esta línea supone que todos esos territorios tendrán un enlace directo y rápido a Pamplona.

Formará así Pamplona parte de la gran línea de circunvalación de España que continúa luego hacia Aragón, Cataluña, Levante, Murcia, Andalucía y el Algarve, en un gran cinturón que rodea a Madrid sin necesidad de atravesarlo.

Si optamos por no ir a Vitoria sino directos a Guipúzcoa, no sólo perdemos toda esa relación, dejando absolutamente aislada a Navarra, sino que atravesamos la preciosa sierra de Aralar y sus estribaciones con túneles costosísimos de eterno mantenimiento, que sin duda afectarán gravemente al paisaje, y que pueden afectar a los acuíferos de la cordillera, como ha sucedido en la línea a Oviedo, secando todos los arroyos en lo alto de la cordillera.

¿Y qué objetivo tiene ese aislamiento? Lograr que las mercancías y viajeros de Zaragoza, y Levante (para atrapar Levante sería preciso realizar la línea de Valencia a Zaragoza) que quieran enlazar directamente con Francia pasen por Pamplona.

¿Es que acaso pensamos que, si el enlace de Pamplona es con Vitoria y no directo a Guipúzcoa, y teniendo Pamplona amplísimas áreas logísticas, el tráfico de Valencia y Zaragoza va a ir remontando el Ebro hasta Miranda de Ebro, para luego volver atrás hacia Vitoria sin pasar por Pamplona? No es así, pasarán por Pamplona e irán a enlazar con la ronda de Vitoria que, además, les acerca a Navarra, para bajar a Guipúzcoa. El ahorro que aportan los defensores del enlace directo a Guipúzcoa de 20 minutos no tiene ninguna importancia para las mercancías.

¿Merece acaso la pena por 20 minutos destrozar Aralar y aislar Navarra de Galicia, de Portugal, de Castilla, de León, de Asturias, de Cantabria?

Es más, el gran peligro de que Navarra enlace directamente con Guipúzcoa y no con Vitoria es que el gran corredor de España vaya de Zaragoza a Logroño y de ahí a Miranda y Vitoria, dejando aislada a Navarra.

El ridículo egoísmo de pensar en una Pamplona con línea directa a París la dejará aislada del resto de tierras de España.

La línea debe ir de Pamplona a Vitoria directamente y formar así parte de los grandes corredores hispanos.

*El autor es redactor del proyecto de resolución de los accesos peninsulares de los AVES de Portugal-Extremadura, Andalucía, Levante, y Barcelona a la estación de Atocha de Madrid y su continuidad a Chamartín