El incendio originado en la falda del monte Ezkaba y que ayer mantuvo en vilo a los vecinos de Txantrea, Ansoáin, Ezkabarte y Villava/Atarrabia no sólo es el último de los fuegos que han sobrecogido a Navarra y al conjunto del Estado a lo largo de este tórrido verano. Es consecuencia de la parálisis que sufren proyectos de envergadura como ocurre con el plan comarcal de Ezkaba (PSIS) que lleva más de seis años sin poder ver la luz pese a haber conseguido poner de acuerdo a los ocho municipios en defensa del monte para el uso y disfrute de más de los 400.000 habitantes de Pamplona y Comarca. Los obstáculos que el Ministerio de Defensa al que representa el mayor proyecto de recuperación de un espacio natural junto a la gran ciudad resultan del todo incomprensibles. No es de recibo después de que la Mancomunidad haya accedido a todas las pretensiones de Defensa para poder ordenar los usos de esta zona donde precisamente está previsto un plan antincendios con medidas que prevengan, por ejemplo, que se acumule matorral seco en la ladera sur, la más expuesta al fuego por su proximidad a zonas urbanas y a la presencia humana. No se cambiará el uso del Fuerte mientras sea propiedad del Ministerio, alegación admitida. Y ahora chantajean con que se pueda legalizar el mamotreto que construyeron en Berrioplano para sus prácticas de entrenamiento. Uff!! Senderos, caminos, planes forestales y contra incendios, el futuro del Fuerte y del que es el mayor pulmón de la Comarca están en manos de quienes siguen disparando a escasos metros de los que buscan respirar aire puro.