Llega a Navarra el primer proyecto de ‘cohousing’ o alojamiento colaborativo para personas mayores. Van a construir unas 25 viviendas al lado de las huertas comunitarias de la calle Padre Adoain de la Txantrea. Sí, donde la piscina de la Barcina. (Para los que no lo recuerden: en el 2010 la entonces alcaldesa de Pamplona intentó impedir la celebración de los calderetes de fiestas inundando este solar con 3.000 litros de agua).

El Ayuntamiento ha cedido este solar y ahora el Gobierno seleccionará a una entidad sin ánimo de lucro para que promocione y gestione esta comunidad. Esta entidad tendrá que pagar, en primer lugar, la construcción del edificio, porque aquí la administración no se hace cargo de este gasto como sí sucede en otros sitios como Dinamarca o Suecia.

En una sociedad en la que cada vez hay más personas mayores y menos recursos públicos para atenderlas, este tipo de iniciativas van a pasar de ser interesantes a ser absolutamente necesarias en pocos años. En 15 años uno de cuatro navarros vamos a ser jubilados.

Lo que no sé es cómo se organizarán en el día a día. Las personas que ahora participan en estos primeros proyectos están muy motivadas y son conscientes del esfuerzo que van a tener que hacer en favor de una convivencia saludable y civilizada, pero lo sigo viendo complicado. Con la edad la gente se vuelve más irritable, por lo general. Las fuerzas van fallando y se hace complicada la convivencia incluso con la propia familia. Que el cuidador pase a ser cuidado es sólo cuestión de tiempo.

Todo esto va tener sus dificultades, pero aún y todo merece la pena aunque te toque en el piso de al lado a la mismísima Barcina, algo poco probable imagino/espero.