En el más puro estilo goebelsiano, los dirigentes del Partido Popular reiteran sus arremetidas contra el autogobierno de Nafarroa centrando esta vez sus ataques en la transferencia del Tráfico y en las mentiras infinitamente repetidas sobre la expulsión de la Guardia Civil de la Comunidad Foral. Los portavoces de la derecha extrema con sede en Génova agitan en la coctelera todos los ingredientes que perturban a buena parte de la sociedad española y convulsionan la opinión publicada por sus medios afines: ETA, víctimas, pactos ilícitos, irredentismo separatista, colonialismo vasco, revanchismo terrorista y, como fondo de pantalla, el bochornoso exilio de la sufrida y heroica Benemérita.

Los dirigentes del PP y de la derecha navarra deben saber y saben que la transferencia del Tráfico a Nafarroa es tan procedente como su sacrosanta Constitución y está incluida en la ley de Amejoramiento del Fuero.

Más aún, saben que Tráfico era competencia ejercida por Nafarroa hasta que le fue arrebatada arbitrariamente por el régimen franquista en 1962. Esos mismos dirigentes que ahora hiperventilan acusando casi como delito de odio que el Gobierno socialista cumpla, por fin, la ley, saben también de sobra que esa transferencia venía siendo reiteradamente reivindicada por ejecutivos navarros anteriores tanto de UPN como de Geroa Bai. Saben igualmente que es mentira que la Guardia Civil vaya a ser expulsada de Nafarroa, saben que de los más de mil agentes adscritos a la Comunidad Foral poco más de cien estaban destinados a Tráfico y que a éstos, con la transferencia, se les ha ofrecido continuar ejerciendo su trabajo como miembros de la Policía Foral.

No se va la Guardia Civil de Nafarroa, qué se va a ir, y lo sabe perfectamente Núñez Feijóo. Pero le da igual. Echada la mentira a rodar, cómo iba a desperdiciar la oportunidad de agitarla en su mitin del pasado domingo en Cintruénigo, acompañado de Adanero y los más preclaros tránsfugas populares de última hora. No le cambió el color al enarbolar el embuste como tantra electoral: “Los que mandan en Navarra y en España”, o sea, EH Bildu, han obligado a Sánchez a culminar la afrenta: “Han rendido a la Guardia Civil”, lloró Feijóo con toda su cara. De acuerdo, es mentira, pero todo vale, hasta la falacia, todo es bueno para sumar votos allá donde todavía se tragan los embustes, que no es precisamente en ese territorio foral.

Me pregunto qué les pasa a los dirigentes del PP con Nafarroa, qué obsesiones les llevan a acordarse de ella solamente para ofender y calumniar a la mayoría del censo de votantes navarros que prefirieron el cambio de progreso y acabaron con el régimen clientelista de esa derecha dócil a Madrid, esa derecha que durante décadas renunció a las cotas de autogobierno que le otorgaba la ley, esa derecha que sacaba pecho e hinchaba venas proclamando su fervor por una “Navarra foral y española”.

Me pregunto también qué sabrá Isabel Díaz Ayuso de Nafarroa para arremeter obsesivamente contra esta Comunidad, qué conocimiento tendrá del pasado, presente y futuro de esta tierra, cuando soltó aquello de: “En Navarra están fabricando un país a través del idioma”. Los proetarras, claro, los socios de Pedro Sánchez. Insólito argumento para soltarlo… en Leganés.

En fin, que cuando los más altos dirigentes del PP se refieren a Nafarroa les entra como una beligerancia obsesiva y alimentan la hoguera de su frustración mintiendo sin ningún pudor. Deberían hacérselo mirar.