No sé, veo bastante diferencia entre el mensaje de Pedro Sánchez hablando sobre educación y anunciando una inversión de 1.300 millones en Formación Profesional y las intervenciones de Javier Esparza en las que sigue agitando el espantajo de ETA y la venta de Navarra. Imagino que los gurús de comunicación de cada partido estudian el mensaje que requiere el momento y el auditorio. Pero tengo la impresión de que el electorado sin carnet de afiliado ya no se traga las promesas y que los cabeza de lista tiran mucho de hemeroteca, del “tú dijiste”, y arrojan datos que son tan difíciles de digerir como de contrastar muchas veces su veracidad. Por lo general, los políticos hablan en estos actos de precampaña para un público que acude con el único propósito de aplaudir y los intervinientes tiran del titular subrayado y sobre el que deben enfatizar para que tenga el mayor eco en los medios y, si hay suerte, un bolito en las portadas. Creo que esta metodología se acabará rindiendo ante la inteligencia artificial, que serán los algoritmos que detectan lo que nos interesa, las noticias que leemos, los anuncios que consultamos, los partidos y los líderes a los que seguimos, los que acabarán respondiendo a la pregunta: ¿a quién voto?