Energúmeno cuyo nombre, aunque haya trascendido, voy a tener la delicadeza de omitir: Se hizo famoso hace dos semanas, cuando todo el mundo lo vio increpando groseramente a Óscar Puente (en la foto), portavoz accidental del PSOE en la investidura de Núñez Feijóo. Provocando un retraso de media hora en la salida del AVE de Valladolid a Madrid, bañó de insultos al político. “Vete a chupársela a Puigdemont”, llegó a espetarle. La derecha mediática contó la historia al revés, y un diputado del PP llegó a acusar de matonismo a Puente. Todo, pese a que para entonces ya había trascendido que unos días antes se la lió a dos policías municipales de la capital pucelana. Anteayer su historial se amplió con una detención por presuntas coacciones y allanamiento de un domicilio. Quienes lo defendieron callan.