Asiron, campeón; Ibarrola, a la cola. El candidato de EH Bildu repite Alcaldía: en 2015, cuando el PSN careció de influencia en un pacto progresista, y en 2023 porque el PSN ha contribuido a la necesidad de Pedro Sánchez. Desde su primera comparecencia en 2011, Bildu no ha parado de crecer. Aquel año, UPN (primero separado del PP) casi le cuadruplicaba en concejales (11-3). En 2015, le doblaba (10-5). En 2019 (Navarra Suma: UPN, PP, Cs), tenía casi el doble (13-7). En 2023, UPN (9), Bildu (8), solo unos 3.000 votos por debajo. Cristina Ibarrola obtuvo el peor resultado de UPN desde 1991, estreno del binomio UPN-PP.

Su peor registro en Pamplona en las 9 últimas contiendas electorales. El menor número en escaños y votos, salvo en 1995 (más escaños -10-, pero menos votos) por la exitosa escisión del CDN. Un fracaso en toda regla, camuflado porque el comportamiento del PSN le permitió el acceso a la Alcaldía como lista más votada. Espejismo. La veleta socialista le ha señalado el camino hacia la oposición. El PSN no pasa de 5 de los 27 concejales desde 1995, los mismos que sumó en 1979 cuando HB (7) y PNV (2) le regalaron la vara de mando. (Por cierto, Joseba Asiron, no eres el único alcalde: Balduz tampoco tiró el chupinazo).

Hemeroteca y memoria de viejo. Detalles: el PSN, incapaz de relevar a tiempo a la escapista Elma Saiz. En la comparecencia posterior al Pleno, respaldo del Secretario de Organización (Alzórriz) al agraviado grupo municipal. ¿Dónde estaba Maite Esporrín, secretaria general de la Agrupación Socialista de Pamplona responsable de la candidatura? Otro: la golfería del presidente de la Mesa de Edad (Koldo Martínez) al recortar in extremis los tiempos de intervención de entrante y saliente, conocedor del silencio adoptado por Bildu. La bulla montada, superior a lo callado. Traca final: Ibarrola, arrogante y clasista: “Nunca sería alcaldesa con los votos de EH Bildu. Prefiero fregar escaleras”. La ira genera bilis.