No hace tanto tiempo supernova del PP que iba de plató en plató atizando con una sonrisa en la boca a cualquier rival político, mayormente a los soberanistas catalanes: Siempre vi algo artificial, cuando no directamente falsario, en sus desparpajudas lapidaciones ante las cámaras de quienes no compartían su credo.

Resultaba clamoroso que, desde hacía un tiempo, usted ya no era aquella joven política con discurso más colorido que el de sus acartonados conmilitones, sino una esforzada actriz que repetía tanto el argumentario del día como el papel asignado.

El precio fue, como usted misma cuenta en el libro que acaba de publicar y en las entrevistas que está dando al respecto, un boquete en su salud mental y un desgarrón en su vida personal de los que aún no se ha recuperado. Alabo su valentía al contarlo y le deseo de corazón lo mejor.