Agusto. Esa es la idea que mas repitió El Drogas en su concierto del pasado miércoles en la Plaza del Castillo. A gusto estuvo él y los miles de personas que pudimos cantar, bailar y disfrutar de sus dos horas de actuación. En el centro de la ciudad. Gratis. En una noche estupenda. Poco más se puede pedir. A gusto de volver a escuchar los temas de Barricada que tantas noches y días nos han acompañado a toda una generación, a varias, viendo el público mayoritario del concierto, y a las nuevas que se suman. Y sobre todo da gusto escuchar a El Drogas cuando habla y aprovecha su altavoz para reivindicar y denunciar. Como su música, como sus letras. Denunciar las agresiones sexistas y la violencia contra las mujeres. Entre canción y canción dedicar unos segundos a la reflexión sobre el maltrato animal. Y sobre todo, rechazar el genocidio que está sufriendo el pueblo de Palestina, como también han hecho las peñas estos Sanfermines, sumándose al clamor social para que esa barbarie termine. A veces cuesta la fiesta cuando sabes que hay personas que están sufriendo tanto, por eso está bien esta energía reivindicativa y de rechazo, que seguro les llega, y les sirve al pueblo palestino para saber que no están solos. Que también en Iruña por San Fermín la ciudad se suma a su causa. Que aunque aquí todo se ve en blanco y rojo durante nueve días, hay quien nos recuerda que hay otra realidad en blanco y negro.
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