Ningún otro acontecimiento deportivo suscita más atención que los Juegos Olímpicos. Su poder de enganche muchas veces es hipnótico y no es difícil encontrarse delante del televisor, ya de madrugada, viendo en diferido el resumen de una competición de las que desconoces el reglamento y ni te suenan sus participantes. En estos casos lo de menos es quién gane, porque uno termina volcado en el seguimiento de una prueba de anillas de gimnasia artística o de esgrima a la que jamás prestaría atención en otro contexto que nos sea el de los JJOO. Esa es la magia de este evento multidisciplinar –actualmente hay 32 deportes olímpicos–, cuya llama se enciende esta tarde en París, donde permanecerá prendida hasta el 11 de agosto. Nos esperan por lo tanto 16 días non stop de emociones y espectáculo del máximo nivel en los que participarán ocho deportistas y tres técnicos navarros. Por lo tanto, conviene ponerse cómodos y disponer de un sofá en el que no se claven los muelles, porque van a ser muchas las horas delante de la tele. Hay que procurar que cervicales y lumbares no paguen las consecuencias de esas jornadas de sedentarismo a las que muchos se van a dedicar aprovechando que estamos en periodo vacacional.