Los vecinos y vecinas de los concejos de Antxoritz, Ardanaz, Iturgoyen, Navascués, Narbarte, Olaitz, Bearin e Igal se han salvado de la quema en el último momento. En las dos últimas elecciones no han tenido quien les represente de modo que el Gobierno de Navarra de oficio los hacía desaparecer (antes era por no alcanzar los 16 habitantes). Alegaron y se les perdonó. Pero el problema sigue ahí. Y las elecciones del 2027 no están tan lejos.

El alcalde de Olaitz, Ángel Chocarro, que dirige a 33 censados, continúa porque nadie más quiere y porque trata de mantener los concejos abiertos (menos de 50 habitantes) donde cada habitante es un voto. Autobuses interurbanos, limpiar caminos...son muchas las tareas. En el caso de Narbarte, el alcalde de Bertizarana, Ándrés Etxenike, que lleva en el Ayuntamiento desde 1995, valora el trabajo del concejo de Narbarte en la gestión del monte y los pastos.

En Bearin tienen 250 almas, pero Jesús Vergara ya jubilado sigue tirando del carro para llevar a cabo proyectos como la senda ciclable que una con Estella aunque busca voluntarios a futuro.

Y, en Iturgoyen, para un centenar censados, desde la actual gestora Nerea Urabayen asegura que su tutela de Guesálaz y de la Mancomunidad de Valdizarbe implica más gastos. Saldrán voluntarios-voluntarias porque a la fuerza ahorcan pero habrá que preguntar a muchos vecinos que han ido a vivir a estos pueblos su compromiso real con la comunidad. Muchos de los 345 concejos navarros necesitarían de un casting con profesionales para buscar los perfiles más apropiados. Éso o sorteo.