Se ha divagado demasiado esta semana a raíz del artículo El canguelo, versión Moreno y del titular de nuestra portada tras el empate en Las Palmas: Moreno pierde 2 puntos. Entiendo que haya personas que no compartan ni lo uno ni lo otro, faltaría más. Quien ejerce la crítica debe aceptar las reprimendas que recibe, aunque algunas no rebatan lo deportivo, o no hayan leído con detenimiento el sentido y el contenido de cada frase, y vuelen por los picos de Úbeda, y vean intenciones políticas, y conspiraciones, y antiosasunismo, y fobias personales, y revanchismo… ¿Es tan difícil de entender la discrepancia con la toma de decisiones de un entrenador y que, después de 25 partidos de muestra alternando victorias estelares con sonoras pifias, se pueda plantear el debate sobre si es un técnico idóneo para Osasuna?

No es nada nuevo; pasó con Ivan Brzic, que metió a Osasuna en la Copa de la UEFA; con Rafa Benítez antes de ser campeón de Europa con el Liverpool; con el salvador Camacho, que veía fantasmas por todas partes, en particular por la zona de Graderío Sur; con Caparrós y con Diego Martínez. Solo este último no fue destituido (que parece ahora una palabra tabú). ¿Por qué se acepta sin reparos personalizar que ‘Los goles de Budimir impulsan a Osasuna’ y sea un anatema titular Moreno pierde 2 puntos cuando su lectura propició que Las Palmas empatara? El propio míster zanjó el sábado el asunto: “Uno se siente responsable, creo que no lo gestionamos bien

Carnés de osasunista

Hay gente que tiene una oficina (una cuenta en redes sociales) en la que expende carnés de osasunista y extiende condenas de antiosasunismo. Además de hacerse pajas mentales que lejos de molestar provocan carcajadas. Ahora, lo que no es de recibo es que Braulio Vázquez se suba a esa ola de babas y sostenga parecidos argumentos del tipo “hay intereses detrás”, “nos estaban esperando”... Si no se lo han contado, Braulio debería conocer lo que este periódico hizo por recomponer lo que el presidente Luis Sabalza llamó paz social, cuando la imagen de la directiva estaba desprestigiada, el equipo desnortado y el club contra las cuerdas. Si no lo sabe, que pregunte.

Es absurdo propalar que este periódico vaya en contra de Osasuna, en particular cuando la acusación viene de gentes que viven del club, o a su sombra, y señalan con la lengua a quienes llenamos estas páginas influenciados solo por un fuerte sentimiento que llevamos dentro. El colmo del absurdo es pensar que por la crítica al entrenador, al jugador o a un dirigente, ¡quieras que pierda tu equipo! ¿Entiende alguien lo difícil que es cuestionar al líder de la plantilla y al mismo tiempo desear que gane el siguiente partido, y el que viene después y luego el otro? Yo no cambio sumar 3 puntos como los de este domingo por demostrar que los equivocados son siempre los otros.

Por todo lo anterior, solo faltaba que no celebrara la victoria de Moreno, de Budimir y hasta de Moi (magnífico arrastre al primer palo en el 2-0); desplegando un intenso juego de ataque en la primera parte y conteniendo, con algún agobio, en la segunda. Los cambios no me gustaron, aunque creo que estaban condicionados por el estado físico. Este es el Osasuna que queremos todos. Y vamos a dejarnos de conspiraciones. Pero el debate sigue vivo.