No es objetivo de esta columna entrar a valorar la carrera profesional como influencer de la navarra Estefanía Unzu, madre de ocho hijos, que actualmente se halla embarcada en un reto de correr 7 maratones en 7 días consecutivos. Verdeliss, como así se hace llamar, tiene tanto seguidores como detractores y servidor, la verdad, no tiene conocimiento suficiente como para entrar a juzgar qué ha hecho o dejado de hacer con su vida.
Puedo tener una opinión externa superficial, pero no es el tema de este texto. El tema es que Unzu, que volvió al atletismo ya cerca de los 40 años tras años sin practicarlo, logró marcas muy notables en maratón –2 horas y 49 minutos–, que sin ser de elite siquiera nacional sí que son muy destacables. Pónganse a correr mil metros en 4 minutos cada kilómetro durante 42 kilómetros y luego hablamos. O corran los 100 kilómetros en 7:59 horas, a 4:48 el kilómetro, y sitúese en 5º lugar en la historia de España. Son marcas de nivel, de bastante nivel.
Ahora está metida en mitad de una aparente locura, que no es otra que enlazar 7 maratones en 7 días, cosas que ya hacía en sus años –y más– el bueno de Ricardo Abad para causas solidarias y que ahora está haciendo Unzu junto con otros competidores, también con su parte solidaria. El asunto es que está efectuando registros de 3 horas y 10 minutos cada día, a 4:30 el kilómetro, lo que sigue siendo una barbaridad cuando el cuerpo lleva semejante tute.
Mis letras solo tienen el ánimo de aclarar que, atléticamente, sin ser registros top –varias atletas españolas corren hace años holgadamente una maratón por debajo de 2:26– sí que son marcas muy notables y a destacar. No hablamos, por tanto, de una charlotada. Ayer ganó su quinto maratón en seis días tanto en mujeres como en hombres –el primer día fue 4ª en la general– y solo le queda hoy en Miami para acabar. Una locura meritoria.