El cacareado bienestar de Navarra tiene sus sombras. El Gobierno de coalición las asume con discreción porque antepone la armonía entre sus componentes. Las estadísticas exponen y la oposición enfatiza deficiencias.
DEPENDENCIA
El negocio de las Residencias de ancianos se entregó a la iniciativa privada. Navarra dispone de solo tres establecimientos de titularidad pública (El Vergel y San Francisco Javier en Pamplona, Santo Domingo en Estella). El resto, hasta 76 residencias, en su mayoría son concertadas y algunas, privadas. Los usuarios de las públicas y de las concertadas han de cumplir los requisitos de la Ley de Dependencia. Según la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, Navarra tardaría más de tres años en reducir la lista de espera de dependientes a la espera de prestación (529). El año pasado murieron 102 personas de esa lista. En los últimos 8 años fueron 2.087. La Administración Foral supera algo el plazo máximo (6 meses) para la resolución de un expediente. La permanencia en el hogar requiere del vigor de la Ayuda a Domicilio, en la que Navarra destaca.
ACCIDENTES LABORALES
2024 arrojó el peor dato de fallecidos desde 2008: 22 (17 asalariados y 5 autónomos). Una estimación sindical eleva la cifra a 26. Encabezamos el índice nacional. Segundo puesto en accidentes laborales por cada cien mil trabajadores. Superamos en mil la media estatal. Por sectores, transporte, industria y construcción. Predominan caídas de altura y atrapamientos por máquinas. El nuevo Plan de Empleo (Gobierno, patronal, UGT y CCOO) contempla una reducción del 20% de la siniestralidad laboral. El papel lo aguanta todo. Las intenciones requieren de acciones. Este año, diez muertos en dos meses. La legislación de Prevención de Riesgos Laborales impone a los empresarios garantizar seguridad y salud, con formación práctica, prevención y supervisión. En los dos epígrafes expuestos, los datos oficiales sonrojan la Marca Navarra.