El aumento de la esperanza de vida y la necesidad de garantizar los sistemas de pensiones están llevando a aumentar la edad de jubilación en Europa.
En Bulgaria, Grecia, Italia, Dinamarca, Noruega, Islandia y Países Bajos ya es de 67 años y en Reino Unido y España pronto llegaremos. En los extremos están Dinamarca, que aumentará la edad hasta los 70 años en 2040 y Francia, que por sus jaleos políticos suspendió la reforma de las pensiones y se mantiene en 62. Con estas medidas los gobiernos pretenden no tener que alargar la jornada laboral (como han propuesto en Grecia) o recurrir a la inmigración masiva, tema muy polémico políticamente.
Pero además de todo esto, vemos que en muchos lugares se está dando un paso más: premiar a los jubilados que sigan trabajando.
En España Elma Saiz habla de “jubilación reversible” y en Alemania el gobierno propone a los 5 millones de jubilados que se les vienen encima que sigan trabajando cobrando hasta 2.000 euros al mes libres de impuestos. Es lo que llaman el “plan de pensión activa”. Otra expresión glamurosa como eso de “aprovechar el talento senior” o “las oportunidades del sector silver”.
En esto de premiar a quien prolongue su vida laboral no deja de haber un evidente clasismo, porque yo entiendo que una abogada o un ingeniero sigan perfectamente en su puesto, pero no me imagino repartidores de Glovo seniors, ni albañiles, ni reponedoras de supermercado silver, y además, seamos sinceros, a la gente no le gusta ser atendida por viejos. A pesar de ello, muchos silver se van a ver abocados a seguir en el mercado laboral para intentar completar la porquería de pensión que les haya quedado, aunque estén más tiempo de baja que trabajando.