Dicen en el PP que están deseando que haya cuanto antes un cambio político para que el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid y el gobierno de España vayan de la mano –de la mano del PP– a por unos Juegos de Madrid, en 2036 o 2040.

Ha llovido mucho desde los intentos fallidos en 2012, 2016 y 2020, y se ve que el PP echa de menos esos días de vino y rosas en los que se movieron para nada 6.500 millones de euros, de los que apenas 550 se quedaron en infraestructuras.

Y es que pocas cosas como una candidatura olímpica para todo tipo de mamandurrias. Almeida y Ayuso han demostrado en numerosas ocasiones –caso de la Fórmula 1– su capacidad para despilfarrar el dinero de los madrileños, pero los Juegos, con el respaldo del gobierno central, son otro nivel.

Con la ironía suprema de que si consigues ser la sede aún es peor, como bien pueden explicar Atenas 2004, Río 2016 o Tokio 2020.