El señor Pérez Rubalcaba mintió ayer en el Congreso, por lo menos cuando me citó entre las personas que, según él, habían reconocido haber cobrado dinero negro del Partido Popular. Su afirmación es rotundamente calumniosa y falsa. Difícilmente puede considerarse dinero negro la percepción -para su entrega a terceros-, de cantidades de las que consta documentalmente tanto mi recibí, dejando constancia expresa de su finalidad, como el recibí de la entrega a su destinatario.

Cuando en un discurso parlamentario se hace alusión a personas ausentes, atribuyéndoles hechos rotundamente calumniosos con abuso de la inmunidad parlamentaria, la tribuna de oradores se convierte en el parapeto de los cobardes.

Por cierto, dijo el señor Pérez Rubalcaba no haber enviado nunca mensajes a un delincuente. Olvida que hizo algo peor. Acudió a la puerta de una prisión para despedir, con lágrimas en los ojos, a un compañero condenado en firme por la comisión de un gravísimo delito.