Me voy a centrar en el adjetivo ya existente, casposo, pero al que poco a poco se le va dando otro sentido, peyorativo. Leo a un periodista que ataca al presentador del Telediario de la cadena 1 por lo mal que pronuncia frases en inglés o francés, pero este señor termina su artículo diciendo del presentador que lo cuenta “en un perfecto castizo casposo” (por cierto, de estos tres adjetivos no sé cuál es el que está sustantivado). Ahora que tanto se habla de utilizar un lenguaje políticamente correcto y ya no se pueden comer judías, tener un cáncer, ir a tomar un vino al casco viejo (siempre ha sido así y no lo cursi de antiguo) que no se puede hablar de ancianos, sino mayores, que el centro de cualquier asunto ya es siempre el epicentro (why?), ni decir Matalascañas, Matalebreras o Castrillo Matajudíos porque en esos pueblos no son matones, cuando el vocablo castellano antiguo mata significa abundancia (de cañas, de liebres, de judíos, mata de pelo, etcétera) resulta que sí se puede tildar a una persona de casposo. Bastante tienen las personas que se les hace caspa en el cabello con lavarse con jabones específicos, cepillarse dos o tres veces al día los hombros de la americana...
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