Como eres jesuita, vamos a darte un trato familiar. Como de casa. Has reunido a los obispos para intentar adecentar la casa, que lleva demasiado tiempo con olor a rancio. Los obispos tenéis la costumbre de darle vueltas al molinillo sin decir nada para despistar el fondo del asunto. Es lo que se dice hablar por hablar, discutir sobre el sexo de los ángeles. Al grano. Lo tienes bien fácil: tomas los archivos y al juzgado civil, no al eclesiástico, porque puede ocurrir que los que han de juzgar son los que abusaron y abusan de niños, niñas y monjas. Y la justicia civil decidirá. Te quitas trabajo y la gente te lo agradecerá, por fin. Justicia. Coger el toro por los cuernos.